Coronavirus y cofradías: bulos, realidades y responsabilidades

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«Sin lugar a dudas, uno de los temas que más preocupan a la ciudadanía es la aparición del coronavirus y las consecuencias que puede llegar a tener en la población.» Así emprezó el artículo escrito en este medio el pasado 11 de marzo por un servidor, hace poco más de cincuenta días.

En estas semanas, dichas preocupaciones han pasado a ser una triste realidad. Aumentaron de forma exponencial el número de casos en todo el mundo, contando con unos 3,5 millones de casos y rozando, desgraciadamente los doscientos cincuenta mil fallecidos. Con especial incidencia ha recaído, por desgracia, en Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia y España.

Nuestro país incluso es el que presenta mayor tasa de fallecidos por cien mil habitantes, junto a Bélgica. Tal y como se comentó en el anterior artículo, el principal grupo de riesgo con mayor número de contagios es el de las personas mayores de 70 años, con especial incidencia a los que viven en residencias. También es digno de mención el alto número de sanitarios que han contraído la enfermedad y que reclaman mayores medidas de protección.

Tras más cincuenta días y la bajada del número de víctimas diarias ha propiciado que se inicie la desescalada por fases, de forma gradual y por provincias, aunque en Andalucía se propone que se haga por distritos sanitarios. Se espera, a falta de confirmación por parte de Sanidad, de que Sevilla pueda pasar a la fase uno el próximo lunes 11 de mayo.

Hay que matizar que la desescalada se produce al bajar el número de casos no existe esa saturación de número de pacientes en los hospitales, tal y como se han vivido en estas últimas semanas. El virus continúa de momento por las calles, por lo que es necesario extremar las medidas de protección, seguridad e higiene, al igual que el distanciamiento social, y seguir las indicaciones por parte de las autoridades competentes, aunque gusten más o menos, a la espera de elaboración de una vacuna y de continuar los estudios sobre este SARS Cov2.

Centrándonos en el aspecto religioso y cofrade, una de las medidas más esperadas es la apertura al culto con asistencia de fieles a los templos de la ciudad, pero siguiendo las indicaciones dadas, como la de limitar la de utilizar guantes y mascarillas, no estar en contacto con las imágenes, dejar la puerta abierta para no utilizar pomos o limitar los horarios y el aforo del mismo.

Por desgracia, algunas capillas quedarían cerradas por el momento, debido a sus reducidas dimensiones. Es el caso de la del Mayor Dolor de Jesús Despojado o la de Monte-Sión, que aún tienen que desmontar sus respectivos pasos de palio, entre otras.

Evidentemente ese distanciamiento social hace inviable que por el momento se puedan realizar salidas procesionales por las calles de la ciudad. Comenzaron con los viacrucis desde mediados del mes de marzo, continuó con la suspensión de las diferentes estaciones de penitencia en Semana Santa y prosiguió con la práctica totalidad de las de mayo y parte de junio, ya sean tanto letíficas como sacramentales y algunos rosarios. Incluso, Montserrat no podrá trasladar por el momento sus titulares a su capilla.

Por todo ello, carece totalmente de sentido que alguna hermandad llegue a desmentir la suspensión de su salida a pesar de que la misma entidad lo comunicara a los distintos medios a través de las redes sociales y sin depurar ningún tipo de responsabilidad. En estos tiempos, donde abundan cada vez más los bulos y las fake news, es fundamental que tanto los gestores de la comunicación de las hermandades como de la propia junta de gobierno puedan dar una información veraz y con total transparencia sobre sus acciones a los diferentes medios para su posterior difusión, sin caer en la contradicción y asumir la culpa si ese error proviene de ellos.

También hay que incidir en la labor social y de caridad que están haciendo todas las hermandades en estas semanas. Desde la fabricación y reparto de mascarillas hasta crear una red de voluntariado para ayudar a los grupos más vulnerables o intensificar otros proyectos como el de Fratérnitas, la Red Madre y el propio Economato del Casco Antiguo. Sobre ésta última, es preocupante los datos dados por la Hermandad de la Sagrada Mortaja, donde anunciaron que en estas semanas se han quintuplicado las solicitudes para acceder a ella.

Por todo ello, hay que apelar a la responsabilidad. Que todos cumplamos las medidas de seguridad, protección e higiene ya que el riesgo de rebrote se acrecenta cada vez más. Evitemos los bulos y las falsas informaciones, y más si provienen de decisiones propias de una entidad. Y por supuesto toda ayuda es poca en esta crisis que puede ser hasta mucho más grave que la sanitaria: la económica.

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