Fantasmas kofrades

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Este Rey Santo lamenta en sus más inmensas profundidades corpóreas y espirituales la terminología adaptada y adoptada para el manuscrito dominical presente pero he de bajar al subsuelo, a lo subterráneo y más bajuno para equiparar la verborrea y esta cuantiosa cuantía de vocablos encadenados para que los indecentes que nos acechan con sus armas de fogueo entiendan el devenir y la finalidad de las mismas.

En plena campaña bélica por alcanzar la alcaldía, los presentes candidatos, alguno futuro edil del Consistorio de la Muy Mariana, retumban los pilares de los pasillos catedralicios con auténtica desvergüenza, desconocimiento, criterio, raciocinio e infinita terminología en dichos parámetros. ¡Certeza! Aquende se les permiten lujosos instantes de falsa gloria afirmando con rotundidad, imponiendo versos malsonantes, sinsabores escritos que hieren al lector, en este caso a este Rey Santo que se revuelve en su Urna oteando como la urbe, malgasta su temporalidad en demostrar la escasez de principios, fe y devoción al mismísimo Dios, cultura e incluso vergüenza, aferrándose al promulgar acerca de la musicalidad, que si tal que si cual llegando al lime de ningunear al Hijo del Altísimo privándole de su absoluta prioridad acechando lo chabacano situando charangas, mayor o menormente acertadas en su manipulación instrumental por encima de lo divino.

Postrado ante Él ruego retomen la capacidad de pensar, si saben, y sobre todo, hagan suyas aquellos vocablos que exaltaban que si su silencio no es más digno que su versar, ¡cállese!

La k entenderán mis anhelados súbitos lectores que ha quedado cristalino; el concepto fantasmal y fantasmagórico roza lo libertario en sí extremo más opuesto; la esclavitud que habita en este mundanal ruido y ruidoso cofrade, perdón, kofrade, preocupa en demasía a Fernando pues batallas inmensas, interminables, eternas, superlativas se libraron y mucha sangre se derramó para llevar con orgullo la bandera de la libertad y no, no sois libres cuando no versáis opinión sincera o incluso rozar lo ridículo al extraer versos no rimados del cuadernillo donde fue manuscrito por ese qué versarán y por el pavor al castigo.

Ya se extinguió la guillotina, pueden estar serenos y sosegados. Ahora las cabezas se cortan solo de manera figurada, anhelado y triste figurante.

Les desearía gozo pleno pero ante tal y tanta calaña canalla, con que sobrevivan se Orden dar por satisfechos.

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