El pasado Sábado Santo, la capital hispalense acogió el Santo Entierro Grande, con motivo del 775.º aniversario de la Reconquista del Rey San Fernando y la restitución del culto cristiano.
Se trata de una procesión magna que dejó estampas para la historia y que permanecerá en el recuerdo de todos los presentes.
Un Santo Entierro Grande para la historia
Contó con la participación de quince pasos procesionales, además de los tres de la Hermandad del Santo Entierro. Muchos de ellos presentó diferentes estrenos y escenas que recordaron estampas pretéritas.
Llamó mucho la atención el del paso del Cristo de las Tres Caídas, donde la imagen de Simón de Cirene estrenó nueva túnica, y el romano se pudo ver con penacho en cepillo rojo, recordando algunas imágenes añejas. También la Virgen de la Amargura llevó una saya en terciopelo morada o el Señor de la Redención una túnica morada, algo muy inusual en su estación de penitencia del Lunes Santo.
Mención aparte han sido los acompañamientos musicales. Uno de los más destacados fue el de la Banda de Música de la Puebla del Río tras el Cristo de la Expiración del Cachorro, donde se han quedado maravillados viendo al ‘Cristo del Zurraque’ con un repertorio excelso.
También destaca el del Señor del Soberano Poder ante Caifás con la Agrupación Musical Virgen de los Reyes, el del Señor de la Sagrada Oración en el Huerto con Santa María Magdalena de Arahal o la Presentación al Pueblo de Dos Hermanas con el misterio de Montserrat.
El Santo Entierro Grande en la Carrera Oficial
Por desgracia, el Santo Entierro Grande al completo sólo se pudo contemplar en la Carrera Oficial. Los alrededores del mismo, tanto en la zona de Trajano como en Velázquez, la plaza del Triunfo y Alemanes estuvieron atestadas de personas, donde llegaron a crearse auténticos tapones de público.
Desde la plaza de la Campana avanzaron cada uno de los pasos, en su respectivo orden tras el Triunfo de la Santa Cruz. Fueron en silencio, a excepción de la Virgen de la Amargura que fue con el Carmen de Salteras. Hicieron su entrada cada siete minutos, dándose la circunstancia incluso de que en la misma avenida de la Constitución confluyeron hasta cuatro pasos procesionales.
Como anécdota, al Cristo de la Expiración se le cayó una de las potencias en la plaza de la Campana, poniéndosela de nuevo por el equipo de priostía una vez entrada en la catedral.
Los momentos del Santo Entierro Grande
Fueron innumerables los momentos en este Santo Entierro Grande. Uno de los más destacados fue el encuentro entre los misterios del Señor de la Redención y del Señor del Soberano Poder de San Gonzalo en la misma plaza del Triunfo.
También es digno de mención el saludo del Cachorro al Museo. Los dos crucificados de la Expiración de la capital hispalense, frente por frente, en un momento entrañable para ambas corporaciones.
La calle San Pablo, a la altura de la parroquia de la Magdalena, fue otro de los puntos neurálgicos de la jornada, donde discurrieron hasta cinco cofradías. Comenzó el Señor del Soberano Poder ante Caífas bajo los sones de ‘Vida’, y ‘Al Rey de los Reyes’, de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes. Le siguió el Cristo de las Tres Caídas y continuó con hasta tres salidas: la del Cristo de la Conversión de Montserrat desde su capilla y la desde la Magdalena con el Cristo del Calvario y el misterio de la Quinta Angustia.
También los jardines de Murillo se concentraron un gran volumen de personas con el discurrir de la Redención y del Señor de la Victoria de la Paz, o en Santa Marina con el saludo del Señor de la Sentencia Muy comentado también fue su transitar del Cristo de las Tres Caídas por la plaza del Triunfo donde hizo cambios sin música.
Las entradas llegaron a ser tardías, donde en torno a las 02.00 horas lo hizo casi a la vez los misterios de las Tres Caídas, la Sentencia, la Oración en el Huerto o el del Cristo de la Expiración.
Fue un Santo Entierro Grande que quedará sin lugar a dudas, para la historia de Sevilla y los sevillanos.