En este cuarto fin de semana de la Cuaresma han sido numerosas las veneraciones que han tenido lugar. Destaca el de la Virgen de la Estrella en San Jacinto, al igual que el de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso y de la Virgen del Valle.
También se han efectuado otros de carácter extraordinario, como el de Consuelo y Esperanza de Sevilla o el del Cristo de Burgos.
Las veneraciones del cuarto fin de semana de la Cuaresma
Desde primera hora de la mañana del pasado viernes y hasta este domingo, la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso estuvo expuesta en veneración a los pies del Señor del Gran Poder. Para la ocasión, la dolorosa llevaba su manto de salida de terciopelo burdeos bordado de Rodríguez Ojeda y saya a juego. Varias jarras de flores de tonalidad blanca y una mesa de altar con varios candeleros de cera blanca tras la talla completaron la escena. Su lugar habitual estuvo ocupado por el simpecado inmaculista.
Fin de semana de cultos en San Lorenzo. El Señor Ante Anás de la Hermandad del Dulce Nombre se encontraba dispuesto en su capilla en veneración, llevando su túnica burdeos de terciopelo. Tras la imagen, y presidiendo el altar, el Cristo del Mayor Dolor.
Una de las señales de la Cuaresma más esperadas es la celebración de la veneración en honor a la Virgen del Valle bajo su altar de septenario, que estaba presidido para la ocasión por su simpecado junto a San Juan Evangelista y Santa María Magdalena. Saya azul bordada con fajín dorado, junto a su manto para la dolorosa de la corporación del Jueves Santo en este culto interno previo a su septenario.
En la Hermandad de la Estrella, la dolorosa estuvo en veneración en la parroquia de San Jacinto, dejando así una de las estampas de la Cuaresma.
La Virgen de la Estrella estuvo bajo el palio de Antonio Garduño para la ocasión. Lució el manto azul cedido por la Hermandad del Gran Poder y saya bordada de terciopelo burdeos bordada para esta imagen atribuida a Luisa Roldán. Numerosos fieles no han querido dejar escapar estas instantánea en una entidad que ya cuenta los días para volver de nuevo a su capilla.
Veneración extraordinaria en Sevilla Este con el Señor del Consuelo. Se pudo ver a la imagen con túnica bordada bajo un olivo. Arrodillado se encuentra la imagen de Malco, conmemorando así su salida procesional. A los lados estarían los candelabros de su paso de misterio.
El barrio de las Lumbreras fue testigo de la veneración de la Virgen del Silencio de la Asociación de San Francisco Javier. En un sencillo montaje por parte de la priostía de esta corporación, la imagen estuvo vestida de hebrea y flanqueada por dos candelabros.
Otra de las veneraciones de este fin de semana fue el del Señor Cautivo y Rescatado de la Hermandad de San Pablo. Se situaba la imagen con túnica morada y escapulario trinitario para esta ocasión. Centros y jarras de flores de diversas especies y candeleros de cera blanca completan el conjunto.
También el sábado día 13 comenzó la veneración a la Virgen de los Desamparados, que desde hace varios años se viene celebrando en Cuaresma. La dolorosa estuvo expuesta en el presbiterio del altar mayor. Manto azul de salida y saya del mismo color para la imagen que estuvo flanqueada por jarras de flores de tonalidad blanca y diversos candeleros de cera blanca.
La parroquia de San Sebastián acogió un año más la veneración del Señor de la Victoria de la Hermandad de la Paz. Bajo dosel, se sitituaba esta talla que lucía túnica roja bordada. Varios hacheros de cera blanca y claveles rojoscompletaba la puesta en escena.
El Cristo de la Salud de la Hermandad de Monte-Sión también fue expuesto en veneración A los pies de la cruz se podía ver un monte de flores silvestres. Varios hacheros de cera color tiniebla completaba la puesta en escena, cuyo altar estuvo tapado por una tela de damasco rojo.
La Hermandad de la Cena celebró la veneración de la Virgen de la Encarnación. Llevó su manto rojo de brocado y saya blanca. El altar estuvo conformado por un dosel con fondo de damasco morado y escudo de la hermandad, además de dos ángeles y candeleros de cera blanca.
El Plantinar fue otro de los escenarios donde tuvo lugar una veneración, en concreto el del Cristo Varón de Dolores. La capilla estaba presidida por la Virgen del Sol, en un sencillo montaje, compuesto dos jarras y centro de flores a base de lirios morados y rosas rojas.
Este pasado fin de semana también se desarrolló la veneración al Cristo de la Salud de San Bernardo. El crucificado, estuvo a los pies de su altar cubierto por una tela de damasco rojo. Rojo sacramental para la cera de los hacheros que escoltaban a la talla, además de varias jarras de flores de tonalidad morada.
En una de las capillas de las naves laterales de la parroquia de San Pedro estuvo dispuesta Madre de Dios de la Palma, de la Hermandad del Cristo de Burgos, en veneración extraordinaria, tras suspenderse el suyo durante el puente de la Inmaculada.
Se presentó vestida de hebrea y con varias jarras con claveles rojos y candeleros de cera blanca.
Fotografías: Carlos Iglesia y Luis Selvático.