El Grupo de Devotos de Salud y Esperanza ya prepara su próxima salida, prevista para el próximo mes de octubre.
Para la ocasión, y coincidiendo con el décimo aniversario de su dolorosa, la imagen la hará por vez primera bajo palio, siendo uno de los estrenos más esperados por parte de la corporación.
El diseño del nuevo palio para la Virgen de la Salud y Esperanza
Tal y como expresa el compañero Miguel Ángel D’herbe a este medio, «el diseño del palio para Nuestra Señora de la Salud y Esperanza es una obra de Mario Ramos Rodríguez que será ejecutado por el taller de bordados en oro y sedas Soldán. La obra será bordada en oro fino sobre terciopelo verde. Además, contará con pinturas al óleo sobre lienzo, tales como la Gloria central y la representación de los cuatro arcángeles, obras también de Mario Ramos, de las cuales haremos una explicación pormenorizada a continuación.
El techo de palio se puede dividir en tres partes, siendo: la Gloria central, el enmarque de ésta y el perímetro exterior del conjunto. La parte central de la obra se dispone en forma de cruz. En el crucero de la misma, mediante un rompimiento de gloria y enmarcada por roleos, hojas de acanto y guirnaldas de flores, la Virgen de la Salud, titular de la parroquia a cuya feligresía pertenecemos.
En los brazos de la cruz se hallan, del mismo modo (en cuatro rompimientos de gloria), los cuatro arcángeles principales: en la parte delantera, San Gabriel, el mensajero de Dios en numerosas ocasiones. Aparece nombrado tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Tal y como aparece citado en los libros de Ezequiel y Daniel, como un “hombre vestido de lino”, además de portar en la mano una flor de azucena blanca (símbolo de la pureza de la Virgen), es de la manera que aparece representado iconográficamente en esta obra. En el lado opuesto, el arcángel San Miguel, jefe de los ejércitos de Dios; patrono y protector de la Iglesia Universal. Iconográficamente aparece representado con una armadura romana, portando una espada en el brazo derecho, con la que amenaza al demonio, el cual está siendo aplastado con su pie. A ambos lados de la Virgen de la Salud, se representa a los arcángeles Rafael y Uriel. El primero de ellos, situado a la izquierda, ayuda a los enfermos en la transición hacia una nueva vida más espiritual. Para quienes gozan de una vida más allá de lo terrenal, es el que otorga la oportunidad de sanación y purificación del alma. Iconográficamente se representa vestido de peregrino, con una túnica verdosa. En su mano derecha porta un bastón, que hace alusión a lo anteriormente comentado, y un pez, que lo pone en relación con el relato del Libro de Tobías 5, 4. En su otra mano sostiene una cartela donde se lee “Medicina Mei”. Por otro lado, el arcángel Uriel, luz de Dios, aparece, siguiendo la representación iconográfica tradicional, empuñando una espada llameante. Todos ellos se encuentran enmarcados en roleos, de cuyas bases brotan guirnaldas de rosas, margaritas y dendrobium.
Además, en cada uno de los cuatro ángulos de la cruz aparece representada la Fuente de la Salud, de nueva vida, haciendo alusión a la advocación de nuestra titular. Esta se encuadra en roleos que finalizan en su la parte superior en una concha punteada. A ambos lados encontramos dos estrellas, metáfora de la esperanza de aquel que, entre las tinieblas, ansía que llegue el día. Todo ello se encuentra sobre una malla, que simboliza la acción divina de congregar las almas para elevarlas al cielo. En las intersecciones de esta se ubican campanillas de invierno, símbolo también de la esperanza, con pedrería en el centro.
A ambos extremos, tanto en la parte delantera como en la trasera, encontramos el anagrama de María entre seis rosas, atributo de María, que la titula como Rosa Mística. Todo ello rodeado de gruesos roleos y hojarascas, con una función estructural para conseguir un realce del ‘Ave María’. De las extremidades brota una hoja de cinco tallos, buscando imitar con su forma una concha que parte de una estrella en el límite opuesto, que sumadas a las que flanquean a los arcángeles, conforman un total de doce.
El conjunto se encuentra perimetrado por un motivo, que se repite alternando su dirección, inspirado en la cerámica sevillana. En cada uno de los vértices se halla un Sol, que vuelve a hacer referencia a la Expectación de María, a la Esperanza.
El fondo de malla, al que hemos hecho referencia anteriormente, está inspirado en el manto camaronero de la Esperanza Macarena, así como la Virgen de la Salud es una plasmación exacta de la titular de la arroquia homónima.
En otro orden de cosas, el diseño de las bambalinas sigue el mismo modelo impuesto en el techo de palio. En el frontal, la bambalina central recrea de nuevo el motivo de la fuente de la salud, aunque esta de manera más portentosa y con dos angelotes que flanquean el anagrama de María. Esta bambalina se encuentra rematada por una corona en su parte superior, símbolo de la realeza de la Santísima Virgen. Nuevamente, volvemos a encontrar el fondo verde mallado sobre el que se dispone la representación de las campanillas de invierno con pedrería. El mismo patrón seguirá su paralela en la trasera.
Al igual que las dos restantes del frontal, las bambalinas laterales repiten, en cada una de ellas, la Fuente de la Salud sobre el fondo de malla. Por último, en la unión de las bambalinas, el diseñador, D. Mario Ramos, ha pretendido homenajear al diseñador Juan Manuel Rodríguez Ojeda y al barrio de la Macarena, pues son hojarasca que aparecen en el manto de tisú de la Virgen de la Esperanza que, en este caso, sustentan la trama donde aparecen las ya mencionadas fuentes de la salud. En última instancia, cabe destacar que cada una de las bambalinas, a excepción de la central del frontal y la trasera, se encuentra rematada por un arco trilobulado que cubre cada una de las fuentes de “muestra armada”, con pedrería en tonos blancos; pero que sin duda nos recuerda, en cierto sentido, a los arcos de la mezquita-catedral de Córdoba, de donde es natural el diseñador de la obra».
Fotogalería
Fotogalería: Taller de bordados Soldán.