Este Domingo de Ramos tuve todo el honor y privilegio de ver parte de la procesión de la Hermandad de la Paz desde un palco, pero no fue en la Carrera Oficial, ni siquiera estaba sentado, sino que disfruté de la escena de pie desde la luna delantera de un autobús de la línea 37 de Tussam que es el que une mi barrio, Pedro Salvador, con Puerta Jerez.
Seguramente no todo el mundo en el autobús estaba disfrutando de la escena, porque estábamos en un atasco y realmente excepto el conductor y yo, todo el mundo estaba aplastado tanto sentado, en carritos o de pie. Al poco la Policía Local logró abrir hueco para que el bus se metiese en dirección al Prado y llegásemos a una última parada improvisada cerca del Consulado de Portugal.
Por suerte, este año lograría ver otra procesión desde un balcón, pero eso ya lo contaré en otra ocasión.