La Hermandad de Los Estudiantes estrenará el próximo lunes 13 de febrero en la sede de la Fundación Cajasol la película ‘El espíritu del 73’. Es una obra producida íntegramente por la propia corporación y que recrea, mediante el testimonio de sus más directos protagonistas, el nacimiento, hace ahora 50 años, de la primera cuadrilla de hermanos costaleros en Sevilla bajo las trabajaderas del Cristo de la Buena Muerte.
‘El espíritu del 73’
Dirigida por el periodista José Gómez Palas y realizada por JRP Producciones, la película propone un viaje en el tiempo a la Sevilla de hace medio siglo para repasar los acontecimientos y las circunstancias sociológicas que desembocaron en una de las mayores revoluciones que vivió la Semana Santa de Sevilla en el pasado siglo XX: la irrupción de los hermanos costaleros en el cerrado círculo de las trabajaderas y la progresiva desaparición de las cuadrillas asalariadas.
La corporación fue pionera en apostar por la creación de una cuadrilla de costaleros hermanos en Sevilla. El Martes Santo 17 de abril de 1973, fecha inscrita con letras de oro en los anales de las cofradías de Sevilla, un grupo de 36 jóvenes universitarios, con edades entre los 16 y los 30 años, lograba la proeza de sacar sobre sus hombros al Cristo de la Buena Muerte a las órdenes de los capataces Salvador Dorado y Manolo Santiago. El camino no fue fácil. Hubo que superar muchos obstáculos, incluidas las reticencias del ‘senado cofradiero’ de entonces.
‘El espíritu del 73’ ofrece por vez primera el testimonio ante una cámara de José Luis Amoscótegui, por entonces un inquieto alumno de tercero de Derecho que ha pasado a la historia como el verdadero impulsor de esta iniciativa al proponer a la junta de gobierno de los Estudiantes la idea de formar una cuadrilla compuesta por jóvenes reclutados entre las distintas facultades de la Universidad.
La cinta, de casi 70 minutos de duración, rememora cómo se gestó aquella iniciativa que en muchos círculos en Sevilla se tachó de ‘descabellada’ y de la que fueron directos protagonistas el capataz Antonio Santiago, y el entonces secretario en la junta de gobierno de Los Estudiantes, Fernando Cano-Romero. Ambos aportan sus testimonios y relatan las interioridades de una decisión que dividió a la junta de gobierno y que obligó a la Hermandad a desplegar un intenso calendario invernal de ensayos por la Lonja universitaria para convertir en costaleros a un arrojado grupo de estudiantes. Según defiende el ilustre capataz, la hazaña de aquellos muchachos es comparable a la revolución que supuso Juan Manuel Rodríguez Ojeda en la estética de la Semana Santa sevillana.
De la mano de los testimonios del catedrático de Antropología de la Universidad de Sevilla, Isidoro Moreno, y del decano de los periodistas cofrades sevillanos, José Luis Garrido Bustamante, la película analiza las circunstancias que se conjugaron en aquel momento en la sociedad española en general -a las puertas de importantes cambios políticos en el país- y en la sevillana, en particular, para que la disminución de costaleros profesionales se llegase a convertir en una seria amenaza para la continuidad del arte del martillo y la trabajaderas. Son años en los que se proponen soluciones como aligerar el peso de los pasos, contratar cuadrillas del Aljarafe o colocar ruedas o tracción mecánica en las andas procesionales.