Correteaban datas de 1671 como dicta el manuscrito tuitero de la Hermandad del Santo Entierro:
(Te pongo el enlace por si prefieres incrustar el tuit de la Hdad en vez del texto)
“Tal día como hoy, en 1671, el Papa Clemente X reconocía el culto y canonizaba al rey Fernando III de Castilla como San Fernando reconociendo su labor de restauración del Cristianismo en la península y su profunda convicción cristiana.”
Canonizado. Ecos de fortaleza ante lo demostrado centurias pretéritas; ecos tardíos ante tal mastodóntica demostración de hechuras gallardas. Nada que objetar.
Si algo una cuestión ha aprendido este Rey Santo es la de la paciencia, la del esperar que, grano a grano, vuelta a vuelta, el tiempo en forma de reloj alcance su zenit justiciero y coloque a cada cual donde merece. Sí, la totalidad llega. Puede tardar, no titubee al afirmarlo; puede incluso perderse en el olvido de algunos, pero al lime definitivo, en el finisterre de los días, llega.
Y sí, Canonizado, hecho santo y mi Máxima preocupación, con un aspecto superlativo digno de largometraje de la Gran Manzana, de protagonista Musical de Broadway o incluso de algún cameo en las pelis de los compadres.
Pobre Reina de San Gregorio que mal se conserva mi anhelado saquito de huesos que tendrá la dicha de gozar de mi día, de mi festividad 775 anualidades a posteriori. Curioso que la belleza no hace al monje.
Poco más que añadir a este pergamino dominical porque escasez es la vertiente cofrade en cuanto a interés verdadero.
Comienzan igualás y ya se nota la caída de tensión en los barrios por el exceso de enchufes.
Sean felices y disimulen al menos.