Avanzas y todo me suena…
Avanzas y casi todo me parece haberlo vivido…
Avanzas y algunas situaciones, eventualidades varias son tan familiares…
Avanzas incluso saltándote a ti mismo, locuras de estos humanos que quieren jugar a ser tú…
Avanzas, caminas, trotas y galopas por nuestras vidas…
Avanzas inexorablemente; poderoso te haces presente aunque parece pretérito, demasiado pasado cuasi en la lejanía.
Avanzas triunfante, cuál Cid justiciero, cual Rey reconquistador a lomos de su corcel.
Avanzas demasiado deprisa, tanto, que se nos escapa la vida tratando de pillarte. Eres escurridizo y aunque nos das tu “chance”, parece inviable tenerte.
Avanzas y avanzas y todo se va cumpliendo. Parece que es la hora y no es la hora decía el poeta.
Avanzas, sin detenimiento y Sevilla acelera a tu ritmo. Parece que es la única que te aguanta el demarraje cuando decides saltar del pelotón de la pasividad buscando sentimientos nuevos.
Avanzas haciendo crecer los períodos y eres tan superlativo que los acortas al mismo compás, con el izquierdo por delante, racheando el adoquín, una chicotá costero a costero…
Avanzas y la proximidad se nos acerca a un Altar para venerar a María Santísima, a un atril de madera noble como la voz del pueblo en boca de un cofrade bueno.
Avanzas y… te escapas.