Como es tradicional cada mes de noviembre, y en conmemoración por los fieles difuntos, las distintas dolorosas se visten con ropajes negros en señal de duelo.
En el caso de la Virgen del Valle se recupera una estampa propia del siglo XIX, gracias a la nueva saya realizada, que está inspirada en un antiguo grabado de 1803.
Una saya negra inspirada en un antiguo grabado de 1803
El diseño de la pieza ha sido realizado por Gonzalo Navarro, con un dibujo que sigue la línea de los bordados sevillanos de finales del siglo XVIII y principios del XIX, con una estética encuadrable estilísticamente en el final del barroco-rocalla.
Como principal fuente creativa se han tomado los bordados de la corporación realizados en ese periodo por la que fuera camarera del Cristo de la Coronación de Espinas, Antonia Bazo, y de los cuales, la única pieza documentada aún conservada es su clámide.
No obstante, a través de testimonios gráficos conservados como el grabado realizado en 1803 en Madrid por Manuel Albuerne, según dibujo de Pedro Madroño, así como una histórica fotografía de la Virgen anterior al incendio, se puede hacer una idea del aspecto de las restantes piezas documentadas realizadas por la bordadora: un manto y una saya de salida para la Virgen del Valle, así como otra saya para culto interno, piezas realizadas entre 1799 y 1800.
El diseño, inspirado en la saya que aparece en el mencionado grabado, describe una decoración simétrica de carácter vegetal que ocupa la superficie inferior de la prenda y los extremos de las mangas.
La obra ha sido realizada por el taller de Fernando Calderón, siendo ejecutada en oro fino sobre terciopelo de seda color negro.
Fotogalería
Fotografías: Carlos Iglesia.