Publicado por Septenarias quedaron en el vestuto acorde temporal cuando este Rey Santo amenazaba con una secundaria protesta enfurecida y acontece actualidad para retomar el hilo que nos mantenía firmes en el desvelo.
Novedosamente se cuestionan políticos, miembros del Consejo, algunos hermanos mayores con seguridad acerca de la necesidad de una diluida Semana Santa.
Errar desde el comienzo parecer obvio ya que Sevilla, sevillanos y nuestra Septenaria Superlativa, son lo que son al ser como son con rabiosa precisión.
Intentos económicos. Intentos de diluir para alcanzar un cuestionado logro. Carreras Oficiales infinitas y omnipresentes, sin lugar a la duda, de ocupación previo pago, alteración de costumbres para forzar cortejos desacafeinados para exclusivamente mantener el negocio. Y este Rey Santo cuestionase, ¿y Dios? ¿Dónde queda? ¿Cuántas programaciones tiene que oír este Rey Santo antes de ser digno escucharte del vocablo?
¡Certeza plena! Este Rey, Santo por el gracejo del Altísimo atisba un distanciamiento excesivamente marcado de Dios y el sentimiento de dolor excede los límes.
Corren vendavales dañinos capaces de derrumbar las edificaciones más sostenidas y sostenibles. Sobrevuelan porciones temporales de ayuda al prójimo, de recogimiento, rezo y solidaridad.
Marcho con tristeza inusitada a mí acristalado aposento a meditar.
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