A lo largo del II Congreso Internacional de Hermandades, además de la procesión magna, se efectuaron numerosos besamanos y veneraciones de las distintas corporaciones sevillanas, dejando imágenes para la historia.
Los besamanos y veneraciones del II Congreso Internacional de Hermandades
En la parroquia de San Jerónimo se pudo contemplar un altar histórico e inédito, donde compartieron culto tanto la Agrupación Parroquial del Rosario como el Grupo de Fieles de la Virgen de Belén.
En la zona central se encontraba la Virgen de la Salud en besamanos, con manto burdeos y saya blanca para la ocasión. Tras la imagen dos altares laterales, presidido por la Virgen del Rosario y por la Virgen de Belén, ambas bajo dosel.
El altar mayor lo presidió la imagen de San Jerónimo y el Señor del Amor en su Divina Misericordia, que portó la túnica malva y plata del Señor de la Sentencia, cedida por la Hermandad de la Macarena.









Otra imagen histórico se pudo ver en San Juan de la Palma. El Señor del Silencio ante el Desprecio de Herodes, la Virgen de la Amargura y San Juan Evangelista se disponían bajo dosel en veneración.
El Señor del Silencio lucía su habitual túnica, al igual que San Juan Evangelista, mientras que la Virgen de la Amargura llevaba manto azul y saya blanca. Un dosel con candelabros y jarras de flores en tonalidad blanca completaron la puesta en escena







En el caso de la Candelaria, la dolorosa se situó con su manto de salida y saya a los pies de su capilla, presidida por el Señor de la Salud.






En los días previos a la procesión magna, en el trascoro de la parroquia del Sagrario se pudieron ver los pasos de la Virgen de Consolación, la Virgen de Valme y la Virgen de Setefilla, dejando otra de las estampas para la historia.







Una estampa de tiempos pretéritos en la Hermandad de la Sagrada Mortaja. La Virgen de la Piedad se presentó con terno negro, ráfaga y tocado monjil, recreando una imagen decimonónica. El Cristo del Sagrado Descendimiento fue dispuesto sobre un velo blanco.







Hasta tres corporaciones dispusieron a sus imágenes en veneración en Santa Catalina. Una de ellas fue Santa Lucía, que estuvo a los pies de su altar.
En el altar mayor estuvo los titulares de la Hermandad de la Exaltación, a modo de ‘Stabat Mater’. La Virgen de las Lágrimas, con manto azul bordado y saya blanca se situó a los pies del Cristo de la Exaltación.
Por su parte, la Virgen del Carmen llevó su hábito carmelita habitual, mientras que la Virgen del Rosario estuvo en su capilla con su manto burdeos y saya blanca.












Una estampa similar se pudo ver en la parroquia de San Julián. La Virgen del Rosario llevó manto rojo y saya blanca escoltada por dos jarrones de cerámica con flores blanca.
En el altar mayor, la Virgen de la Hiniesta Gloriosa estuvo en su templete y con varias tandas de candelería en el altar mayor. En el caso del Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Hiniesta Dolorosa recrearon una estampa de tiempos pretéritos. A modo de ‘Stabat Mater, la dolorosa lució aureola de estrellas, y manto azul y saya blanca.











Estampa histórica en la Hermandad de Monte-Sión. La Virgen del Rosario estuvo expuesta en besamanos de manera postrada, sentada en el sillón de la Realeza, algo muy pocas veces visto en los tiempos actuales.
Lució manto blanco y saya con motivos florales, dejando una imagen para el recuerdo.









Estampa similar a la de 2021 se pudo ver en el santuario de los Gitanos. Los titulares de la Hermandad de los Gitanos se situaron en sendas peanas para la veneración de los fieles. El Señor de la Salud lució su túnica bordada, de 2017, siendo una recreación histórica de la desaparecida de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, mientras que la Virgen de las Angustias llevó su manto azul pavo.













Desde la calle Santiago, un año estuvo la Virgen del Rocío de la Redención recibiendo el beso de fieles.
La dolorosa llevó manto azul y saya de tisú. Tras la imagen, a modo de dosel la representación del cielo y el sillón de la Realeza de María, con varios candeleros de cera blanca. A su vez, en su capilla, el Señor de la Redención se encontraba fuera de su camarín con túnica y mantolín bordado azul de terciopelo.







Otro de los besamanos que comenzó el pasado 6 de diciembre fue el de la Virgen de los Ángeles de los Negritos.
La imagen luce manto y saya de salida. Porta la corona realizada por el orfebre y joyero cordobés Manuel Valera. Tras la talla, se encontraba el Cristo de la Fundación en su besapiés, de manera conjunta.






La Virgen de la Encarnación de la Hermandad de San Benito ha celebrado su tradicional besamanos, que coincidió con su triduo y función.
La dolorosa lució saya y manto azul de salida de Leopoldo Padilla, y saya rosa para la ocasión.




Uno de los besamanos más esperados fue el de la Virgen del Subterráneo de la Hermandad de la Cena. Se trata del primero que realiza tras las obras acometidas en la iglesia de los Terceros.
La imagen se encontró en el presbiterio del altar mayor con su manto de salida y saya de terciopelo roja bordada. La imagen estuvo bajo su palio y con jarras de flores de tonalidad rosa, recreando una estampa del Domingo de Ramos.




Un altar único en la Hermandad del Cerro. La Virgen de los Dolores lució su manto burdeos de vistas y saya de la misma tonalidad de terciopelo, escoltados por dos ángeles turiferarios.
Tras la dolorosa, el Cristo del Desamparo y Abandono se dispuso acompañado por Santa María Magdalena y San Juan Evangelista.





Tras la función a la Inmaculada, el pasado 8 de diciembre comenzó el besamanos en honor a la Virgen de la Concepción de la Hermandad del Silencio.
Con su característica solemnidad y elegancia, la dolorosa lució manto azul y saya roja de terciopelo bordada. El altar estuvo presidido por el simpecado de la corporación flanqueado por dos insignias inmaculistas. Con un centro y jarras de nardos y sendos candelabros, además de dos insignias del Dogma de la Inmaculada remató esta puesta.





Tras la celebración de su vigilia en la catedral, al día siguiente, la Pura y Limpia estuvo también en besamanos en su capilla del Postigo.
La imagen estuvo a las puertas de su sede, cuya calle estuvo cortada al tráfico para poder recibir a sus fieles. Además durante el transcurso de la jornada, la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora del Sol interpretó los laudes en su honor.



En San Lorenzo, la Virgen de la Soledad se dispuso en su capilla bajo dosel y con colores inmaculistas azul y blanco para la ocasión.
Por su parte, la Virgen del Dulce Nombre se puso con San Juan Evangelista en su capilla con su terno de salida.




Y de San Lorenzo a San Antonio de Padua. La Virgen de la Palma de la Hermandad del Buen Fin estuvo en besamanos con su manto y saya de salida. Estuvo bajo palio pero sin los varales.



En San Vicente se recreó el misterio del Calvario, con el Cristo de las Siete Palabras, la Virgen de los Remedios, San Juan Evangelista, y las tres Marías para la ocasión.


En el Museo, la Virgen de las Aguas se encontraba en veneración, con su manto azul, saya burdeos y su tocado característico, a los pies del Cristo de la Expiración.


En la Carretería, los titulares de la corporación también estuvieron en veneración. Por un lado el Cristo de la Salud y la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad a sus pies, con jarras de clavel rojo y hacheros de cera color tiniebla.
En el lateral de la capilla se encontró la Virgen de la Luz, junto con Santa María Magdalena y San Juan Evangelista.




La Virgen de la Soledad de San Buenaventura estuvo en su besamanos habitual del día 8, con su manto azul y saya blanca. En esta ocasión, el altar estuvo presidido por la Virgen de Guadalupe.

Como si fuera el mes de septiembre, la Virgen de los Dolores y Misericordia estuvo en besamanos, con su habitual manto azul y saya blanca. Tras la imagen se situó Jesús Despojado con su túnica blanca y el altar presiiddo por una cruz.

En la Hermandad del Baratillo también estuvieron sus titulares en veneración, Por una parte, el Cristo de la Misericordia junto con la Virgen de la Piedad y su reciente manto azul de la coronación, y por otro, la Virgen de la Caridad con su manto azul floral y saya blanca.



Ya en Triana, un altar singular el que se pudo ver en la capilla de la Estrella. La Virgen de la Estrella, estuvo sobre un templete con manto azul y saya blanca y a los pies de la dolorosa, el Señor de las Penas, con soga y corona de espinas.

Y en los Salesianos, la imagen de María Auxiliadora estuvo en veneración. La ‘Sentaita’ se situó en el presbiterio del templo, en un altar con dosel


Llegado al Barrio León, el Señor del Soberano Poder ante Caifás de la Hermandad de San Gonzalo estuvo en besamanos, con su túnica bordada en terciopelo morado para la ocasión.
También lo estuvo la Virgen del Rosario del Barrio León, con manto azul y saya blanca.




Para finalizar, la Virgen del Carmen del puente de Triana, se situó con su habitual hábito carmelita en la capillita del Carmen, dejando una imagen poco habitual.


Sólo han sido algunos de los más representativos, pero en estos besamanos extraordinarios participación la mayor parte de las corporaciones hispalenses, tanto de penitencia como de gloria, al igual que las de la provincia.
Fotografías: Carlos Iglesia, Benito Álvarez y Ángel García.
