Este Rey Santo osa a alterar la titulación de su manuscrito como índice del atrevimiento del que hará gala en este dominical.
Primigeniamente, el título iba a ser “Juegos Olímpicos a la sevillana” pero una vez analizado lo que sigue, me atrevo a ser abanderado de unas tropas olímpicas del Reino de Sevilla que optaría a campar a sus anchas en el medallero, escoltado en su caminar por la Centuria Romana Macarena.
Podríamos comenzar con la marcha y sus 20 kilómetros. Díganme que no hay diputados de tramo del Cerro o de San Pablo capacitados para alcanzar, por el camino central, más de una medalla. La de oro no se escapa.
Para la maratón hemos dejado a algún diputado mayor que, sin lugar a la dubitativa sentencia, dejaría a africanos atrás en una jornada de nubes y cierto riesgo de chubascos.
Si nos vamos a la natación sincronizada permitan la osadía con tintes humorísticos pero la cuadrilla de San Gonzalo, la alta, la baja y los picos se llevarían el oro, la plata y lucharán por acaparar el podio.
La gimnasia rítmica recaerá en manos de dos guapas sevillanas en la coreografía con sevillanas de los Hermanos Reyes como sonoridad.
En cuanto a Halterofilia y lanzamiento de peso, nulidad en la cuantía de dudas: los mejores pateros de Sevilla y la primera de La Amargura se vienen con este Rey Santo a conquistar más medallas. El presente, merecido, se entregarían en cajita conmemorativa por la carestía de cuello en la totalidad de casos.
¿Se imaginan una embarcación tirada por una trabajadora del Señor de la Salud y Juanma Martín llevando la voz cantante?
“Llegó como llega siempre, primero, y París y el mundo entero lo esperaba”,
¿Y los priostes? Una Cuaresma con Culto y montaje no tiene parangón con una prueba olímpica de Decathlon. Aumenta el medallero…
¿Se imaginan una Ceremonia de Inauguración con Tres Caídas, Virgen de los Reyes y la Banda del Maestro Tejera? Y todo el mundo al compás y adiós al recuerdo de Pekín… y para dar color al espectáculo, los vecinos de la calle Pureza lanzando una petalá desde los altos De la Torre Eiffel.
Para el lanzamiento de jabalina, un equipo con los más cualificados pertigueros. Horas antes de la final los ponemos por el Arco del Triunfo con su equipo de ciriales y cuando llegue el momento la lanzan cual recordman mundial de todos los mundos.
La familia Santizo sería agraciada con el honor de mantener el pebetero olímpico encendido durante toda la competición.
Así, sin mayor análisis técnico-táctico, alcanzaríamos cuantía mayor a la de toda esa tripulación española que surcaba el Sena. De Rios nos van a promulgar a nosotros.
De Balonvolea, Tenis y demás modalidades consistentes en devolver la pelota loas dejamos en manos del Consejo que con una táctica conservadora seguro alcanzarían el mayor de los éxitos.
