Publicado por Llegó la hora que todos podríamos imaginar y nadie se atrevió a escribir.
Llegó el momento de ser sensatos, izar pectoral de la urna y dar la bienvenida sin entregar llave alguna.
Meteorito habrá, bola de fuego habrá, luz que ilumina el cielo habrá, pero como tú, Sevilla, ninguna.
Olvídense de teorías fisicoquímicas, de tormentas geomagnéticas y auroras boreales, existe vida en otros planetas y han visto por la mirilla la belleza del reino y quieren conocerlo.
El mercado del turismo ha traspasado fronteras y atmósferas y el alcalde sin hacer nada.
Esa luz, esa bola incandescente que se ha visto en todo el viejo continente es solo un fuerte reflejo atmosférico frente a las laryiculas de deambulan curiosas por nuestras celestiales techumbres. Llega a Sevilla el turismo de otros planetas.
Prepárense, di hace días, semanas, meses e incluso algún año que llevamos oteando seres extraños que portan tez bermeja, que se postran al solano sevillano a la hora tercera en babuchas playeras y calcetín gordo de raquetas cruzadas bordadas y dos alineaciones azules y rojas en el borde, llega el momento de las faces verdosas, antenas visuales y extremidades alargadas.
Preparen los flashes que llega a Sevilla, el tirano extraterrestre.
Post scriptum: a poco que gocen de la alegría sevillana y ve postren a los pies de La Giralda, ya se están enamorando de una belleza del reino y montando un bar y no se vuelven a su galaxia ni con agua caliente.
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