Publicado por La vida: vivir, latir, sentir
La vida, vivir en un constante sinvivir; seguir, perseguir, proseguir y conseguir mientras lates al ritmo que marcan los decibelios vitales. Viajes siderales de lo más terrenales que te hacen sentir, muchas veces sufrir pero sempiternamente resistir.
La vida siempre fue de eso, una batalla encarnizada por sostener a aquellos y la totalidad de todo aquello que le aporta sentido a la misma. Soporte sin corte e incluso sin fisuras. Imposibilidad eterna.
La vida, ruleta con ruedas con cinco balas y una oquedad aleatoria que parece que nunca lleva tus iniciales aunque en la moneda sale cara.
La vida: vivir, latir, sentir.
Y lates mientras tu escudo sostiene el emblema de tu vida, tus ideales y a los tuyos e incluso los tuyos.
Y sientes y lo haces sin diapasón, sin contención, sin freno, sin sordina y muy ruidosamente porque cada individuo individual es un ser único, muchas veces animado, otras no tanto.
A golpe de llamador y cuando la cohorte mira de soslayo al Maestranza esperando irresistiblemente que el pregonero exalte nuestra Septenaria superlativa versando bellos versos tumbados acerca de nuestros Titulares, en Triana los latidos sin más suaves, medidos, sentidos y muy vividos. Detalles minuciosos, detalles de corazón y curación, a pecho descubierto y siempre, siempre, siempre, bajo el manto de tu Patrocinio.
Sean felices.
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