Desde el 23 al 27 de enero se ha celebrado el quinario en honor al Cristo de Burgos.
Un altar magnánimo connumerosos puntos de luz, con varias tandas de candelería y dosel coincidiendo con el 450.º aniversario de su hechura, dejando así estampas para el recuerdo.
El Cristo de Burgos
En documento fechado el 18 de noviembre de 1573, el imaginero Juan Bautista Vázquez ‘El Viejo’ se compromete a ejecutar una imagen de un crucificado y una dolorosa en los siguientes términos: “con una corona de espinas y sus cabellos largos y un paño en el cuerpo, según y en la forma que está y lo tiene el Santo Crucifijo de la Capilla de San Agustín de esta ciudad…”.
El 22 de noviembre de 1574 finaliza el encargo que tiene como destino presidir una de las paredes laterales de la capilla funeraria del licenciado Castañeda en la parroquia de San Pedro. Por el recibo de finiquito se conoce que el coste de la imagen ascendió a cincuenta ducados y que la policromia corrió por cuenta del suegro del escultor, el pintor Juan de Zamora. Las dimensiones de la imagen coinciden con las estipuladas en el encargo “ocho palmos y medio de vara, que tenga desde la cabeza fasta el pie inclusive”.
Corría el año 1830 cuando el matrimonio formado por Francisco Gil y Narcisa Arias, feligreses de la parroquia de San Pedro, habilitan unos cuartos que existían debajo de la torre de dicha Iglesia y construyen una capilla para dar mejor culto a la citada imagen.
Fotogalería
Fotografías: Carlos Iglesia.
