Recientemente, la imagen de Jesús Nazareno de la Hermandad del Silencio ha sometida a un estudio para conocer el actual estado de conservación. Estos trabajos, aprobados en cabildo de oficiales han sido realizados por Fernando Aguado.
La talla ha sido sometida a un TAC (Tomografía Axial Computerizada) y una serie de radiografías. Fue llevada al centro médico Arduán, del barrio de Bellavista. Fue trasladada en un cajón cedido por la Hermandad del Valle.
Cabe recordar que el último estudio realizado a la imagen tras la intervención de Francisco Peláez del Espino, de 1979, fue el realizado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en septiembre de 1999.
Los resultados
Con la información obtenida del examen visual y con los datos del estudio radiológico se puede determinar que la imagen no presenta movimiento respecto a la peana, la cual goza de un buen estado estructural. Las fisuras que tiene a nivel interno en la cintura, pierna izquierda en la zona del gemelo y espalda se corresponden con las líneas de ensambles trasversales y longitudinales que componen el conjunto de piezas de madera con las que está construido, sin que revistan gravedad. Las pruebas radiológicas corroboran que su (conjunto de piezas que forman la escultura) está compuesta por una pieza principal que incluye la cabeza hasta la cintura, otra intermedia y la que corresponde a los muslos hasta el ensamble
de las piernas.
La unión de las tres piezas está muy reforzada internamente tanto por los elementos metálicos originales, como por varios lazos de madera de distintos tamaños que evitan que haya desplazamientos de los volúmenes. En el caso de los ensambles de las piernas, éstos se encuentran sólidos teniendo en cuenta la existencia de los elementos metálicos originales que refuerzan dichas uniones; al igual que ocurre con el ensamble de las piezas de la peana a la imagen.
En cuanto a los estratos superiores, la policromía fue examinada con el espectro de luz ultravioleta, que ofrece información sobre las pinturas añadidas a las más antiguas. En el caso del rostro se conserva casi sin repintes, lo cual facilitaría una limpieza controlada sin cambiar su expresión. Las manos tienen varios roces provocados por la fricción y apoyo de éstas en la cruz, así como multitud de pequeñas pérdidas de estuco y policromía, presentando un aspecto general muy oscurecido respecto al rostro debido a barnices torcidos y patinas aplicados en la intervenciones
anteriores.
Las piernas desde la rodilla a los pies también conservan la policromía primitiva oscurecida por pátinas y depósitos superficiales. El resto del cuerpo fue repolicromado por Peláez del Espino hasta el cuello al descubrir la anatomía que estaba oculta por una capa de yeso y que actualmente se encuentra estable en su tonalidad.
Fotogalería
Fotografías: Hermandad del Silencio
