El Cristo de Burgos regresa al culto tras su restauración

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El pasado martes 19 de septiembre la imagen del Cristo de Burgos ha sido repuesta al culto, tras la restauración acometida por Enrique Gutiérrez Carrasquilla. Estas labores han tenido un período de duración de tres meses, culminando el pasado día 15 Estas tareas se realizan a las puertas de su 450.º aniversario.

Desde que se restaurara en 1997, no se había practicado ninguna labor importante de conservación a excepción de limpiezas superficiales de retirada de polvo, ocasionalmente y alguna que otra reintegración de pequeñas pérdidas de policromía.

La restauración del Cristo de Burgos

En los últimos años ya se venía vislumbrando un progresivo, aunque leve oscurecimiento de la imagen.

En el informe correspondiente a la exploración realizada en marzo de 2022 ya se expuso el excesivo oscurecimiento de determinadas zonas, de suciedad y polvo acumulado en los últimos 25 años, agravado en los últimos meses por las consecuencias de las obras en el templo y que por el grado de humedad tienden a incrustarse de forma definitiva.

También se detectaron numerosas pequeñas pérdidas y desgastes de estratos de policromía, ocasionadas en los traslados y besapiés respectivamente.

Dado este estado, se propuso en tal informe una limpieza generalizada de toda la superficie de la escultura, incidiendo en aquellas zonas de mas acumulación y la reintegración de las pérdidas y desgastes de la policromía.

Dada la minuciosidad que requerían los trabajos, se recomendó la necesidad de realizarlos en el taller de restauración donde se podían desarrollar con comodidad y por lo tanto mayor eficacia dadas las fecha de ejecución, en pleno verano.

Una vez trasladado al taller, el pasado 12 de junio, en transporte especializado y convenientemente embalado, comenzaron los trabajos reseñados en la propuesta de tratamiento aprobada por unanimidad en cabildo general.

La limpieza total y reintegración de pérdidas de policromía, garantiza una mayor perdurabilidad en el tiempo pues al poder aplicar una capa de protección, una vez eliminada la capa de suciedad, aislaría la policromía de nuevos depósitos de suciedad que podrían eliminarse fácilmente, en lo sucesivo, en futuras revisiones anuales.

También se ha procedido a la rectificación de los cajillos de las potencias en los talleres de los Hermanos Delgado.

Por lo demás la imagen goza de un excelente estado de conservación tanto a nivel de soporte como de estratos de policromía, simplemente se han subsanado todas aquellas patologías ocasionadas por la función devocional de toda imagen sagrada destinada al culto.

El Cristo de Burgos

En documento fechado el 18 de noviembre de 1573, el imaginero Juan Bautista Vázquez ‘El Viejo’ se compromete a ejecutar una imagen de un crucificado y una dolorosa en los siguientes términos: “con una corona de espinas y sus cabellos largos y un paño en el cuerpo, según y en la forma que está y lo tiene el Santo Crucifijo de la Capilla de San Agustín de esta ciudad…”.

El 22 de noviembre de 1574 finaliza el encargo que tiene como destino presidir una de las paredes laterales de la capilla funeraria del licenciado Castañeda en la parroquia de San Pedro. Por el recibo de finiquito se conoce que el coste de la imagen ascendió a cincuenta ducados y que la policromia corrió por cuenta del suegro del escultor, el pintor Juan de Zamora. Las dimensiones de la imagen coinciden con las estipuladas en el encargo “ocho palmos y medio de vara, que tenga desde la cabeza fasta el pie inclusive”.

Corría el año 1830 cuando el matrimonio formado por Francisco Gil y Narcisa Arias, feligreses de la parroquia de San Pedro, habilitan unos cuartos que existían debajo de la torre de dicha Iglesia y construyen una capilla para dar mejor culto a la citada Imagen.

A finales del siglo XIX Manuel Gutiérrez-Reyes Cano transforma la fisonomía de la imagen del Crucificado hasta darle el aspecto actual. La reforma consistió en retirar la peluca natural, moldeando otra de estopa y pasta, al tiempo que sustituye el faldellín tubular de tela suelta por un sudario encolado. Posteriormente el escultor José Ordóñez Rodríguez, a principios del siglo XX, interviene sobre la imagen, probablemente añadiéndole otra policromía.

Madre de Dios de la Palma presidiendo el camarín de la hermandad

A lo largo de estos tres meses, la imagen de Madre de Dios de la Palma estuvo presidiendo el altar de los titulares de esta corporación del Miércoles Santo.

Se dispuso a los pies de la cruz, dejando así una estampa atípica a lo largo de estas semanas.

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