Hoy el manuscrito cae a las primeras de la mañana, cuando el frescor temprano despierta, ya amanecido.
Las gotas de tinta se amontonan de manera lineal conformando trazos arriesgados en formas de palabrería, ansío, correctamente ordenadas, colocadas e incluso con sentido íntimo y global.
Demasiados ítems reales en un fin de semana peculiar, donde mis homónimos han regresado al pasado, sin DeLorean de por medio y en algunos casos confundiendo tulipas y lámparas de origen sueco con pásmelas decorosas para eventos de otros tiempos. Sí, lo versa este Rey Santo, momia feliz y orgullosa de su reino, a fracciones temporales orgulloso de los suyos, de la cohorte, a fracciones horarias deseoso del regreso de la guillotina de manera masiva.
Un inciso, sí madre casi alcanza mi edad en vida pero, ¿Carlitos seguro que no goza de más de una centuria? Lamento el poco auge al sentirse realeza. Su pueblo no se merece esa dejadez emocional.
Cómo versaba, Coronación no Canónica, sin Salida Extrordinaria no es coronación; donde se ponga un palio andando por las callejuelas del reino que se quiten actos de las Islas donde olvidaron invitar a este Rey Santo. Temerían despavoridos al contrastar que aparecería lobera enfundada, con mis mejores Chorreras, en las andas del Corpus Christi, con mis mejores hombres debajo y con mis tropas de arte contadas por millares a la convidá posterior.
Anoten: promulgan las viejas lenguas que el ágape fraternal poseía escasez de J’s en el jamón, que el lomo era embuchao y las aceitunas con anchoas. El fino caliente y las quisquillas sin sal.
Y a este evento de la historia tardía y retrasada, otra eventualidad más cercana, y nada; Felipe hizo las veces de Rey para entregar una copichuela a los del reino de Castilla que sin ilusión por la misma, se la llevaron para casa. Intuyo, en mí sabias entendederas que la faz anonadada de Karin se debía a la trágica nueva de que YO, Rey de Sevilla, Santo por tanto, no era el responsable encargado de dicha entrega.
Consternado ante este nuevo desaire marcho con la paz interior y demostración exterior de sentimentalismos de que ni los unos, ni los otros, pueden gozar de este paseo mañanero a los pies de La Giralda. No hay mayor premio en la vida.
Sean felices y vivan sus vidas a cuerpo de Rey.