El pasado Lunes Santo debo decir que fue uno de los días cofrades más tristes que recuerdo en los últimos años. En general, soy de la opinión que las hermandades no deben arriesgar su patrimonio artístico y humano en una salida procesional. Llamar «valiente» a una junta que decide salir sabiendo que se va a mojar no lo veo adecuado. Más bien eso es de ser cobardes, de no querer asumir la realidad y no querer explicársela a la masa de herman@s. Lo valiente es ser sensato y tomar la decisión más dura, pero más coherente. Esto puede ser debatible y aunque no lo comparta, puedo llegar a entender a quien decide salir a la calle cuando el cielo está totalmente abierto y el riesgo de lluvia es para varias horas después. Donde no debería haber debate es que si llueve, hay que buscar refugio con la mayor rapidez posible y saber que la lluvia es el gran enemigo de las cofradías.
Esto último era algo que absolutamente nadie se cuestionaba hasta el pasado Lunes Santo, pero que a partir de ese día han surgido en el mundo cofrade los negacionista de la lluvia. Igual que los terraplanistas, negacionistas de las vacunas, de la covid, de la nieve… un sector de la sociedad que no deja de abrumarnos al resto de la población que poseemos un mínimo de coeficiente intelectual. Este año, entre este grupo de criaturas negacionistas cofrades se ha establecido la idea que es peor salir con calor que con lluvia… y parecen hablar en serio, que es lo peor. Un delirio en toda regla. Una hermandad con lluvia pierde toda su dignidad: NO es digno un cristo «empaquetado» en un chubasquero, por ejemplo. Hermandades que pasan varios refugios de largo (pidiendo marchas y a un ritmo normal) bajo una lluvia persistente de dos horas, NO es digno.

Desde la más absoluta irracionalidad, mucha gente (demasiada, desde mi punto de vista) defiende lo que hicieron las hermandades del Lunes Santo. Tan infantiles son sus «argumentos» que ninguno de ellos criticó a las hermandades del Martes Santo por no salir. ¿Por qué si la lluvia no es perjudicial, no se pidió que salieran las del Martes Santo? O el propio Lunes Santo, ¿por qué no critican duramente a Las Penas o El Museo? ¿La lluvia del Martes Santo sí era ácido?
Las juntas de gobierno y los hooligans de su hermandad mienten diciendo que los pronósticos cambiaron y que nadie podía prever lo que pasó. ¿Quién dijo eso? ¿Los tuiteros que no tienen ni pajolera idea de meteorología? ¿Por qué escuchan a voces con nulo conocimiento en la materia? AEMET, desde su primera información, fue clara: 70 % de lluvia hasta las 23 horas (no chubascos débiles ni aislados ni lloviznas, sino lluvias):
Y en su actualización posterior, cuando todavía no había salido ni el Beso de Judas ni San Gonzalo su predicción era aún más clara:
Manteniéndose firme en la siguiente actualización:
Y a media tarde, después de varios tuits de seguimiento del frente, mantuvo casi la certeza que iba a llover hasta las 22 horas, como así fue.
Es fácil comprobar que AEMET en ningún momento habló de tregua ni de posibilidad que la lluvia parara antes que llegara la noche. Predijeron a la perfección lo que ocurrió, las cosas de ser profesionales y saber de lo que hablan. Sí pregonaban treguas en Twitter y en la radio algunos «influencers» que nada tienen que ver con la meteorología. Insisto ¿por qué las hermandades escuchan y ponen al mismo nivel la predicción oficial que la opinión personal de un grupo de tuiteros? Así les fue. Las palabras del hermano mayor de San Pablo antes de salir eran muy elocuentes, el parte que manejaban era de lluvia segura, eso sí, el hombre tranquilizaba a sus hermanos diciendo que era sólo agua, no ácido. Supongo que al final se refugiaron en la catedral porque lo que cayó en la tarde-noche al final sí que era ácido. Otras juntas ni siquiera se reunieron, ¿con 90% de probabilidad de lluvia y ni lo meditas? Está claro que la negligencia que perpetraron fue con alevosía y nocturnidad. Y seguramente el embuste que iban a decir después también lo tenían pensado.
En cuanto al daño del patrimonio artístico, sólo una mente negacionista desconoce la peligrosa relación entre humedad y madera. El Lunes Santo se demostró que muchas juntas de gobierno no dan ningún valor a su hermandad. Es menos importante la conservación patrimonial y humana de su corporación que el paseo de su vara dorada por las calles de la ciudad.
Cuando se habla del patrimonio humano se hace referencia a los que salen en el cortejo, pero el patrimonio humano son también los padres/madres, abuel@s, amig@s, tit@s… que desde fuera temen por la integridad de los suyos. Incluso en situaciones de tanto caos, la desorientación de los niños y personas mayores es peligrosa. Pongo aquí lo que me decía un buen amigo cuyo hijo mayor (8 años) salía por primera vez solo, mientras él acompañaba a su hija (monaguilla). Él de nazareno ya sabe lo que se forma en una cofradía grande cuando llueve.
Por otro lado, también llegaron mensajes de músicos que lo pasaron mal para realizar su labor y en los que tampoco se pensó mucho a la hora de decidir. Sacar una cofradía a la calle es marcar el sino de miles de personas que forman el cortejo, pero también de gente cercana a ellos, que sufren y en los cuales se influye mucho en ese día concreto. Igualmente, es tener la responsabilidad de conservar un patrimonio artístico y la historia que hay detrás de cada hermandad. Sí, hemos estado dos años sin salir, pero eso en la historia de una hermandad es nada, nunca puede ser justificación para realizar auténticas locuras. Dos años en historias centenarias es nada, pero dos años en cuatro años del mandato de una junta sí es mas significativo, quizás ahí esté el fondo de todo, el egoísmo del institucionalismo cofrade siempre se pone por delante del bien común de nuestras cofradías.
