Desde este sábado 6 de noviembre, el Señor del Gran Poder se dispone en su paso procesional para regresar a su basílica situada en la plaza de San Lorenzo.
Para la ocasión, porta la túnica ‘de los devotos’, la última de las piezas bordadas para el nazareno de Juan de Mesa. Ya lo estrenó en el pontifical y posterior veneración celebrada el pasado mes de octubre del año 2020.
La túnica de los devotos
La túnica de los devotos fue ejecutada por el taller de Santa Bárbara, está inspirada en aquella que luce el Señor en los grabados más antiguos, y que en el siglo XIX debió permutarse o venderse para la confección de una nueva, siendo hoy conocida por fotografías muy remotas, o por los primeros azulejos en los que se representa al nazareno con ella.
Intuida pero no certificada, la autoría de la original fue de la bordadora Francisca de Paula Zuloaga, como los testimonia una anotación de cabildo de oficiales del 1 de enero de 1817.
Para la recuperación del diseño, se ha realizado un dibujo por Javier Sánchez de los Reyes, quien con las fuentes documentales en las que se conservaba dicha túnica, ha recreado las partes visibles y ha reconstruido aquellas que quedaban más opacas en las imágenes fotográficas o azulejos.
Para la realización del bordado, siguiendo el dibujo reconstruido, se han utilizado hilos metálicos entorchados de oro fino, talcos antiguos, chapas redondeadas, lentejuelas y pedrería. Técnicamente aparecen, setillos con hilo de muestra y moteado, puntas simples en muestra, cartulinas en muestra y en moteado, así como técnica de canutillo y el trabajo de lentejuelas con canutillo (venas de lentejuela, canutillo en pespunte o individuales) entre otras.
Como soporte de los trabajos en oro, un terciopelo malva evoca el color del nazareno de los azulejos en los que se representó con la túnica de Zuloaga. De igual modo, en el interior del forro de la misma aparecen grabados los nombres de todos aquellos devotos que hayan contribuido a la realización material de la obra.