Este pasado viernes 10 de septiembre ha tenido lugar en la casa hermandad de San Bernardo la presentación de la restauración y trabajos de conservación del cuadro de la Sagrada Cena. Al acto han asistido, entre otras personalidades, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo; las restauradoras de la obra pictórica, Ana Cordero y Esther Soler, de la empresa Musae, así como el historiador Ramsés Torres y el hermano mayor de San Bernardo, Francisco Javier Gómez.
Los trabajos de restauración
Por su parte Esther Soler, restauradora del equipo de Musae, contextualizó el trabajo realizado como una obra que está íntimamente ligada a la adscripción y al título que ostenta la Hermandad Sacramental de San Bernardo y supone una parte fundamental del programa iconográfico, así como una pintura que presidió durante siglos la sala de cabildos, con todo lo que ello conlleva.
Para Soler, “la restauración revaloriza una obra que vuelve a presidir los cabildos de la hermandad, cumpliendo con el objetivo para la que fue comprada”.
El equipo restaurador no ha podido documentar el autor de la pintura, sí ha sido posible, por el contrario, trazar una línea de investigación que permite situar su llegada a la hermandad, entre los años 1746 y 1747, ya que justo después se encarga a Juan José González la ejecución del marco actual de madera, cuya entrega se realiza el 9 de febrero de 1748.
Según señaló la restauradora de Musae: “la limpieza y recuperación de la capa pictórica original, ha permitido compararla con obras contemporáneas, lo que la enmarca a finales del siglo XVI o principios del XVII, siendo producto de las estampas y grabados que se reproducían y distribuían por el panorama artístico de ese momento, o las pinturas de Alonso Vázquez y Pedro de Morales.
Para el equipo de restauración, la fase cognoscitiva ha sido fundamental antes de iniciar la intervención y ha consistido en la realización de los estudios previos. Mediante el reconocimiento organoléptico, la realización de toma de datos y estudios, la extracción de muestras y el análisis de los distintos estratos, se han determinado los agentes de deterioro, las intervenciones realizadas con posterioridad a la ejecución del artista y su historia material. Para ello se ha contado con un equipo interdisciplinar compuesto por químicos y biólogos pertenecientes a Sanit-Arte, historiadores, radiólogos, profesionales en texturización y estudios tridimensionales, carpinteros, herreros y restauradores; que, mediante la aplicación de los medios y técnicas analíticas necesarias, han obtenido los datos precisos que han determinado un diagnóstico riguroso de conservación general de la obra y la planificación de la intervención realizada.
La restauración de la pintura ha servido para eliminar toda la suciedad y las diferentes capas oxidadas que oscurecían la escena, así como para sacar a la superficie su verdadera riqueza cromática. Gracias a la intervención, pueden apreciarse detalles que pasaban desapercibidos, ya que la pintura se mostraba ennegrecida, y vuelve a tener la luz con la que se concibió con su creación.
No se puede olvidar la restauración del marco de madera, el cual ha sido limpiado, intervenido y repuesto algunas de sus partes, perdidas y mutiladas, a través de la recreación mediante técnicas actuales, que permiten contemplar el conjunto completo a la perfección, pero manteniendo el total y absoluto respeto por la obra original y pudiéndose diferenciar los materiales, que por supuesto no son lesivos y pueden desprenderse sin dañar la obra ni caer en el “falso histórico”.
La obra pictórica
La pintura muestra a Cristo en el momento exacto en que Juan, el discípulo amado, se recuesta al lado de Jesús, hecho que aparece en Juan 13, 23; se consagra el pan y poco después es anunciada por el Señor la traición de Judas. La composición de las figuras sigue modelos de grabados de los siglos XVI y XVII, reagrupados los diferentes apóstoles en parejas y con un eje simétrico que marca el dosel, Jesús, el cordero y la jofaina en la zona inferior. Pintura de época barroca, posiblemente cercana al cambio de siglo entre el XVII y el XVIII, cuando la ciudad comenzaba una decadencia progresiva que terminaría cristalizando, definitivamente, la marcha de la Corte Real.
Esta obra está íntimamente ligada a la adscripción y al título que ostenta la Hermandad de San Bernardo de Sacramental, supone una parte fundamental del programa iconográfico, así como una pintura que presidió durante siglos la sala de cabildos, con todo lo que ello conlleva. Además, es un cuadro que posee interés iconográfico y estilístico, enmarcado en ese estilo barroco asentado de la escuela sevillana, añadiendo el marco tallado en madera. Su restauración es necesaria para recuperar todo el esplendor de una pieza que eleva el valor del patrimonio y está relacionada con el título de Sacramental.
Musae
La empresa Musae comenzó en julio de 2012 como GDR.arts (Grupo de Restauración) para darnos a conocer tanto a particulares, como a hermandades y parroquias. Tras la consolidación de este grupo y la obtención de más experiencia laboral, además de una mayor carga de trabajo (encargos por toda Andalucía), se decidió crear en diciembre de 2013 esta empresa y así comenzar una seria expansión en la profesión. Su trabajo se ha visto complementado por una serie de colaboradores, expertos en su campo, para unas pormenorizadas intervenciones.
Las componentes de Musae abogan por una continua formación dentro de los campos que abarcan la Conservación-Restauración de Bienes Culturales, ya que se trata de una profesión en continuo cambio.
Fotografía: Hermandad de San Bernardo.