Sin lugar a dudas este año 2020 pasará a la historia por la terrible pandemia del COVID-19. Hasta la fecha, se han contabilizado más de 60 millones de casos en el mundo, y de ellos, más de un 1.400.000 han fallecido. España es el sexto país más afectado en el mundo desde que se diagnosticaran los primeros casos con más de 44.000 mil muertes.
Numerosas medidas restrictivas de movilidad se han podido ver a lo largo de estos meses, desde el confinamiento domiciliario en las primeras semanas hasta el perimetral entre municipios y el toque de queda en la actualidad, además del uso de la mascarilla, distancia de seguridad o del gel hidroalcohólico, entre otros.
Evidentemente, esta pandemia ha afectado a todos los ámbitos de la sociedad, incluido al panorama cofrade. El viacrucis del Cristo Yacente de la Hermandad del Santo Entierro el pasado domingo 8 de marzo fue el último culto externo en la capital hispalense. Desde entonces, los viacrucis, las procesiones de Gloria, sacramentales y rosarios se han ido suspendiendo en estos últimos meses, al igual que las diferentes estaciones de penitencia de la pasada Semana Santa.
También se han visto afectados los diferentes cultos internos durante el estado de alarma del mes de marzo, abril y principios del mes de mayo, donde incluso algunos de ellos se han pospuesto de cara a estas últimas semanas. A pesar de ello, a lo largo de este mes de noviembre varios de estos besamanos, a modo de veneraciones, se han ido suspendiendo ante el aumento de casos con la llegada de la segunda ola de la pandemia. ¿Existe algún tipo de necesidad para que no se pudiera llevar a cabo?
Evidentemente no. En líneas generales todos los fieles y devotos están siguiendo todas las normas de seguridad e higiene implantadas desde el mes de mayo por parte del arzobispado, y que se han visto reforzadas en estas últimas semanas, con la reducción del aforo pertinente. Además en estos últimos meses se han visto soluciones bastantes interesantes, como habilitar pasillos de entrada y salida del templo de los fieles, no permanecer excesivo tiempo en su interior o incluir horarios exclusivos para fotógrafos de los diferentes medios cofrades en grupos reducidos.
Sería interesante que desde el Consejo de Hermandades, en consonancia con el Ayuntamiento y el arzobispado se llevara a cabo un protocolo común entre todas las corporaciones para este tipo de cultos internos y que se pudieran celebrar sin ningún tipo de problemas. Diciembre albergará más de una treintena de veneraciones entre el puente de la Inmaculada y los de las Esperanzas, donde se incluye el de las dos grandes devociones marianas de la ciudad: el de la Virgen de la Esperanza Macarena y de la Virgen de la Esperanza de Triana. Las medidas que se efectuaron durante la veneración al Señor del Gran Poder a principios de octubre podría ser la solución más acertada, e incluso mejorarlas aún más si cabe.
Llegados a este punto, todos los cofrades aguardan con incertidumbre sobre qué pasará de cara a la Semana Santa de 2021. Evidentemente se celebrará con sus correspondientes actos litúrgicos el Domingo de Ramos, el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Domingo de Resurrección. Pero… ¿habrá procesiones?
La esperanza de la llegada de la vacuna del COVID y su comercialización en el primer semestre del próximo año parece que no es suficiente para que se pueda celebrar tal y como se hacía de manera tradicional hasta el año 2019. Se han propuesto alternativas en distintos puntos de Andalucía para sus respectivas cofradías, como la realización de PCR a la cuadrilla de costaleros, un circuito cerrado con cortejos muchos más reducidos o el uso de pequeñas andas procesionales en lugar de los pasos.
Desde el Consejo de Hermandades se ha anunciado que la decisión definitiva se tomará en las próximas semanas, antes de que termine este presente año. Creemos que la solución más factible para todos es que esta próxima Semana Santa se celebre en el interior de los templos, ya sea con altares extraordinarios, tal y como ocurriera en 1933 o la disposición de los titulares en los diferentes pasos procesionales.
Para ello, habría que elaborar un protocolo de organización para acoger a todas aquellas personas que visiten las diferentes basílicas, parroquias, iglesias y capillas. Todo ello dependería de las circunstancias que hayan en aquel momento. Sin lugar a dudas, una buena piedra de toque podría ser todas estas veneraciones que se espera que se lleve a cabo en este mes de diciembre para poder aplicarlo. Más allá de todo esto, cualquier otra alternativa sería una quimera en estos momentos.
En definitiva, y pase lo que pase, la Semana Santa de Sevilla del próximo año 2021 será totalmente diferente e inédita, tanto en el formato tradicional como la de este 2020. El tiempo dirá.