La vida pirata

Ínterin se arriman recordatorios de fechas a solemnizar por la primigenia llegada de Cristobal a Cuba con su tripulante población y a posteriori, Don Manuel Godoy selle el Tratado de Fontainebleau que permitiría a las tropas de Napoleón atravesar incipientemente España para amenazar el reino de Portugal, acontece un nuevo manuscrito de este Rey Santo que, ante Dios y su Bendita Madre, se postra solicitando venial permiso para acceder a la totalidad del reino por la gracia que, a calenda pretérita, tuvieron a bien permitir a este Rey Santo al otorgarle el título de Rey.

Horario novedoso en el reino; más de 3 milenios de segundos se han retardado y a la data presente y decenas de anualidades en involución.

Atisba este Rey Santo un declive social generalizado donde comienza a predominar aquello de “la vida pirata es la vida mejor, sin trabajar, sin estudiar, con mi botella de ron,…” cuando lo que la existencia reclama a la mocedad es, al centavo, justo la oposición.

¿Qué ocurrió antaño para que al promulgar acerca de conquistas y reconquistas, el pensar se marche décadas y centurias atrás en el marcador temporal? ¿Cuándo el hervidero de sangre en los jóvenes cerebelos cualificados de la infantería social dio paso lateral permitiendo la invadíos de la transigencia y el relajamiento? La retórica regresa a la verborrea de este Rey Santo y la exaltación roza la redundancia…

¡Infantes! Permitan a este Rey Santo rejuvenecido, modernizado y restablecido que le insufle a vuestros secos pulmones esa alicuota de vendaval fresco que hinchen de necesidad, ganas de victoria y del raciocinio perdido para así interpretar e inferir los menesterosos acontecimientos que habitan en la realidad presente.

Permitan que el veneno racial y culto llegue a las coordenadas requeridas y no se someta al olvido de contenedores ardiendo y destrozo callejero. Por finalizar tiene este Rey Santo a bien alentar al voto, al voto sensato, coherente y con cordura. Sin paleta de color por medio, allá cada súbdito con su decisión que demócrata será pero simpleza en ello: el pueblo logra victorias y pierde batalla allá desde donde manuscribo.

Recuerden: la vida pirata no se puede ocultar en los contenedores. La piratería siempre fue elegante, señorial y de ejemplares personajes.

Acontezcan ejemplares en la historia.