Publicado por «Illo vaya concierto guapo va a dar la banda en la cruz de guía, del tirón a grabarlo». Frases de este tipo, cada vez nos son más comunes cuando vamos a ver una procesión. «Kofrades» que se limitan a estudiarse dónde toca cada banda para poder grabarla, dejando a un lado y sin mayor interés, la imagen a la que la formación musical en concreto acompaña.
«Apasionados» de las «bandas que lo petan» que convierten un acompañamiento musical, en un auténtico concierto a pie de calle, grabando cada detalle, cada marcha y acompañando con frases del tipo «tio esta marcha está flama» (con el consecuente silbido y tarareo de la marcha en cuestión), e incluso algún «ole» tras un solo como ellos dicen, «bien tocao» .
La música engrandece, la música ayuda, la música acompaña, pero no deja de ser un complemento a lo que de verdad importa. El problema viene cuando los sonidos pasan a un primer plano, y la imagen en cuestión, sólo es un mero añadido, convirtiendo una procesión en un espectáculo de frikismo.
Cruces de guías con más de veinte personas delante del banderín de la banda, por los laterales, o en su defecto, tras el paso. Todo le vale al cangrejero de la música cuándo de grabar se trata, pértigas, móviles, ipads, cámaras de vídeo y fotos, grabadoras, etc… cualquier elemento tecnológico es válido, si el objetivo es obtener la completa «actuación» de la formación para añadirla a la colección particular de este «loco de la música».
Pero, ¿quién permite que esto ocurra?. En multitud de hermandades, son las propias juntas de gobierno, las que deciden la negativa de permitir que vaya público en el banderín, detrás de la banda o alrededor de ella. Sin embargo, hay dónde todavía contemplan esta permisividad, ¿protagonismo?.
Juzguen ustedes en estos dos vídeos que mostramos a continuación:
Aquí podemos ver a la Banda de Cornetas y Tambores Tres Caídas, abriendo paso ante la procesión de Madre de Dios del Rosario por las calles de Triana el pasado 12 de octubre. El banderín, casi al final de la calle Pureza dirigiéndose hacia Santa Ana con una muchedumbre de gente grabando, el paso, en la Capilla de los Marineros. Entre la banda y la imagen de Madre de Dios, un desierto.
En este otro, podemos ver la salida extraordinaria del Cautivo de Dos Hermanas el pasado 20 de octubre acompañado por la AM la Estrella de Dos Hermanas y la Banda CCTT Presentación al Pueblo de la misma localidad, ¿y los «cangrejeros»? La Junta del Cautivo no permitió que hubiera gente delante ni detrás de la banda durante el recorrido.
Caemos en el error de culpar a las formaciones musicales de este nuevo fenómeno con el que estamos obligados a convivir cada vez con más frecuencia. La culpa no es de Tres Caídas, Redención, o Virgen de los Reyes por llevar ocho móviles, cuatro ipads, y tres cámaras de fotos grabándoles. Culpemos a quién lo permite, porque quién es permisivo con ello, interfiere en el trabajo y la comodidad del músico por un lado y por otro y más importante, relega a un segundo plano a la imagen que procesiona, cuando debería ser la protagonista. Música y fervor no están reñidos, pero no se puede cambiar el orden de importancia.
Más cofrades por el mundo, y menos «cangrejeros» por la música.
Carlos Iglesia, Estrella Carreño,
inriinformacion.com 