Publicado por Tras los cultos extraordinarios que se celebraron el pasado mes de abril en la real parroquia de Santa Ana, los titulares de la Hermandad de la Estrella regresaron a sus respectivos camarines.
En el caso de la Virgen de la Estrella, se trata de la primera vez que se puede contemplar en su altar tras las labores de enriquecimiento, realizado por Rubén Terriza.
El camarín de la Virgen de la Estrella, un jardín mariano
Para las pinturas murales del camarín de la Virgen de la Estrella se han tomado referencias de estancias palaciegas, en alusión a la realeza de María. Para el techo, se ha adecuado un artesonado de inspiración renacentista con motivos de estrellas de ocho puntas y decoración vegetal. Alude a su advocación, pero también invita a ver a la Virgen María como la luz de nuestra fe, como Estrella radiante de la nueva evangelización. Todas estas estrellas están sutilmente perfiladas para crear el efecto de que la luz parte de la propia Virgen, la estrella más reluciente del firmamento. Para el mismo, Terriza ha utilizado la técnica del trampantojo, ya que con el sombreado y las luces colocadas de manera pictórica se crean diferentes volúmenes y formas arquitectónicas.
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