La Virgen de la Esperanza Macarena a principios del siglo XX

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La Virgen de la Esperanza Macarena a principios del siglo XX. Aparece en su paso, podría ser la primera imagen de la dolorosa entronizada con el manto de malla o camaronero, obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1900.

El manto fue diseñado por Ojeda en 1899 y estrenado en la Semana Santa de 1900. La obra es determinante para la definición del regionalismo sevillano. La estructura sigue el sistema dispuesto en el manto de la Virgen de Regla, el eje central definido con elementos vegetales y candelieri (decoración italiana que aparece durante el Renacimiento por evocación del arte antiguo. Mezcla elementos vegetales como las hojas de acanto con piezas parecidas a los candelabros).

Lo supera en la mayor complejidad de las distribuciones simétricas y bilaterales con las que se asocian otros ejes menores en las diagonales, llegando hasta puntos extremos y equidistantes. Todos los bordados se disponen sobre un campo de malla con lentejuelas en los vértices, sobrepuesto a su vez en el terciopelo.

El simbolismo de la prenda es muy profundo ya que cada elemento del manto es un ideograma cifrado con un significado concreto. En la parte superior de la guardilla se ven tallos en forma de ese hechos con la técnica de puntos de setillo, enlazados a su vez con abrazaderas en forma de anillas de las que salen flores de los que se alternan con otro tipo de hojas, ahí se apoyan frutas agrupadas con la técnica de cartulina con muestra armada.

Rodríguez Ojeda expuso la realeza de la Esperanza Macarena y asociada a ella, el origen de la vida tanto terrenal como espiritual por medio de frutas y hojas. La felicidad de la vida eterna la añade con acantos abiertos, tomados de la mitología griega que parten de flores resueltas con setillos, concebidas con sedas de colores.

Uno de los detalles de la pieza que más llama la atención son los angelotes bordados en relieve que portan la leyenda ‘Esperanza Nuestra’. Además de querubines con filacterias en relieve con más leyendas ‘Ora Pro Nobis’ y ‘Regina Martirum’, situados sobre cuernos de la abundancia de los que salen ramas formadas por hojas de acanto.

Por su parecido a la red de pesca usada para atrapar al camarón se le denominó popularmente como camaronero. Apreciamos en la foto que va bajo el palio negro, bordado en oro (actualmente en la Hermandad de la Estrella desde 1909) de Rodríguez Ojeda. Esta pieza se alquiló a la Hermandad de San Francisco de Huelva para la desaparecida Virgen del Mayor Dolor en 1908.

Si esta fotografía tiene una curiosidad especial es la forma en la que se ha revelado la misma, con la técnica de la albúmina de huevo. Esta manera consistía en romper los huevos y separar la clara de la yema, ya que ésta contiene sulfuro y podía destruir la imagen. Cuando fermentaba se agregaba ácido acético y cloruro de amonio para luego verterlo en tinas de zinc y hacer flotar el papel, posteriormente se repetía de nuevo el proceso para obtener capas más brillantes y homogéneas, acto seguido se pasaba a un baño que contenía alcohol isopropílico y cloruro se amonio y se sumergía quince segundos. Para incrementar el brillo y la textura lisa se sometían a la presión de dos planchas de acero.

Sorprende en la imagen que estamos analizando la nitidez de la misma.

Fotografía: Archivo Hermandad Macarena.

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