Que no restauren mi faz

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Aquende comienza este manuscrito que dejaré a modo de antepenúltimas voluntades en la sacristía mayor de la Capilla Real, redactado en tinta ferrosa sobre vitela, y datado a fecha presente, día de San Pedro y San Pablo del año del Señor de 2025.

Mucho me han hecho saber los ángeles custodios y algún monaguillo con vocación de espía, que andan el gentío devocional alborotado con los hechos acontecidos con variopintas restauraciones de imágenes, y no pocas, en vez de gloria, acaban hechas escolásticas burlas. Dicen que a Santa Lucía le pintaron las pupilas como al Cid los labios, y a San Roque le han puesto más canes que llagas.

Chanzas a un lime y por si a algún alma atrevida se le ocurriera meter brocha en mi acristalado aposento —¡Dios me libre de barnices del siglo XXI!—, vengo a dejar por escrito que ni retoque ni repinte que albergue cierta dosis de repunte deseo. El que anhele otear a este Rey Santo, que lo haga tal como quedé, con mi belleza superlativa en la faz, rostro sereno, mi barba de cruzado y mi cuerpito incorrupto, que más honra me hace la tierra que los retoques de laboratorio.

Que si el Altísimo ha tenido a bien conservarme sin descomposición ni filtro, ¿por qué habrían los hombres de corregir su obra? ¿Acaso se mejora el oro con betún? ¿Se embellece la luna con barniz mate?

Y si alguno porfiara en maquillarme cual ninfa de procesión moderna, sea advertido que me alzaré de mi urna y le endilgaré con mi espada Lobera en lo alto, no por ira, que no cabe en mí, sino por justicia estética y honra regia.

¡Ea! Que si han de restaurar algo, que empiecen por la paciencia de los santos y el buen gusto del pueblo, que bastante tienen ya con soportar lo que en nombre del arte les cuelgan en los museos, en los altares y en una pléyade de prospectos anunciadores indignos de la catalogación superlativa del reino.

Firmado con la pluma de mi espíritu,
Fernando III, Rey y Siervo de Dios, les desea felicidad plena en este inicio de verano allá donde los infantes ya gozan de sus primeras calendas vacaciones.

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