La Virgen del Amparo será coronada canónicamente el 8 de noviembre de 2026

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Día para la historia en la Hermandad del Amparo. Su titular letífica, la Virgen del Amparo, será finalmente coronada canónicamente.

Así lo ha confirmado la propia archidiócesis, de la mano del delegado diocesano de hermandades, Marcelino Manzano, en este sábado 28 de junio, tras la aprobación de la apertura del expediente por los hermanos el pasado mes de enero.

La coronación de la Virgen del Amparo

Esta coronación se efectuará el domingo 8 de noviembre de 2026, coincidiendo con la función principal de instituto de la hermandad en la real parroquia de Santa María Magdalena. Ya a la tarde, será su procesión triunfal.

La Virgen del Amparo y el Niño Jesús serán coronados canónicamente con sus primitivas coronas de plata dorada de comienzos del siglo XVIII, aunque serán enriquecidas en su parte inferior con una base realizada con el oro aportado para tal fin por sus devotos.

La obra social de la coronación canónica se llevará a cabo en Regina Mundi, institución benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, con sede junto al monumento a los Sagrados Corazones de San Juan de Aznalfarache.

La Virgen del Amparo

La Virgen del Amparo es obra del siglo XVI atribuida a Roque de Balduque. El doctor Roda Peña asegura su autoría con bastante documentación indirecta que relaciona la imagen de la Virgen del Amparo con el mencionado imaginero, considerando además que contaría con la colaboración en el estofado y pintura del pintor Antonio de Alfián, consiguiendo ambos una de las creaciones más afortunadas en lo que a imaginería mariana se refiere.

Nuestra Señora del Amparo constituye uno de los más altos exponentes de la devoción de Sevilla a la Madre de Dios. Reconocida como Patrona y Protectora de la feligresía de Santa María Magdalena desde mediados del siglo XVIII, su fama de milagrosa y la atracción de su bellísima Imagen hicieron que muy pronto esta devoción se extendiese no sólo por toda la ciudad sino por puntos muy distantes de su archidiócesis e incluso de América Latina.

La Virgen, de pie, viste túnica jacinto, toca marfileña y manto azul ricamente estofado. La túnica, con escote abrochado en la base del cuello, ostenta una estampación floral, donde predominan los oros con perfiles rojos y blancos. Cae en múltiples pliegues que al llegar al suelo se quiebran en otros más pequeños y ondulantes. Bajo el borde inferior, enriquecido por una fimbria de elementos vegetales dorados y cincelados, asoma tímidamente el zapato derecho. El manto azul-verdoso está estampado con grandes medallones dorados y cincelados. Su importante cenefa perimetral emplea elementos vegetales en tonos azules, rojos y blancos sobre oro cincelado. Y sus vueltas, también marfileñas, dejan ver una lucida decoración floral menuda. Las florecillas, de cuatro pétalos, quedan silueteadas en rojo, contrastando vivamente con las hojitas verdes.

El pequeño Jesús, con pañal rojo, se asienta sobre el brazo izquierdo de María. Su desnudez es signo de pureza y de inocencia. Simbolismo que se enriquece con el rojo de los pañales, clara alusión al sacrificio.

Fue restaurada entre los años 1986 y 1987 por José Rodríguez Rivero Carrera gracias a la Caja de Ahorros San Fernando de Sevilla. Posteriormente en 2015 fue limpiada de nuevo por Almudena Fernández García y José J. Fijo Léon.

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