El atril es suyo

Avatar de Rey San FernandoPublicado por

A la Muy Noble, Muy Leal, Heroica, Invicta y Mariana Ciudad de Sevilla, en el tiempo de la espera santa, cuando el incienso aún no se alza y los clarines reposan en la sombra de los templos.

A vos, Ciudad de victoria y del descanso eterno de este Rey Santo,

Yo, Fernando III de Castilla y de León, Rey por la gracia de Dios y siervo de su bendita Madre, María Santísima, vencedor de la impiedad y libertador de almas, escribo desde mi acristalada urna, donde ni el tiempo ni el polvo tienen imperio, para hablarle con palabra clara y corazón rendido.

Llega la hora en que su cielo se viste de promesa,
cuando el azahar entinta los días
y el pueblo enmudece ante el lento avanzar del Silencio.

Por ello, y por amor a su fervor antiguo y a su honra perpetua, cedo mi sitio y mi voz al Pregonero de la Semana Santa, que ha de anunciar la llegada del Cristo que todo lo redime y de su Madre Dolorosa que a todos consuela.

Sea su palabra campana, clarín y espada.
Sea su voz puente entre lo humano y lo eterno.
Sea él mi mensajero y vuestro despertar.

Porque en su verbo irá el temblor de los cirios,
el crujir de los pasos en el adoquín de la calle,
y la nostalgia infinita del que sabe
que el Reino de los Cielos a veces entra por San Lorenzo
y sale, coronado de espinas, Jueves Santo, Valle.

Os pido, pues, que le abráis puertas y corazones,
que lo escuchéis como me escuchasteis a mí,
cuando mi estandarte ondeó sobre la Giralda
y el alba dejó de ser musulmana para volverse cristiana.

Yo me replego, con honra y paz,
al silencio que me guarda tras los muros de la Catedral,
donde descanso no como rey, sino como hijo de Sevilla.

Sean felices que se la espera concluye para gozar de esos momentos únicos gozosos.

Suyo es el atril, pregonero, y suya es Sevilla ante su palabra.

Fotografía: Consejo de Hermandades.

Deja un comentario