Ciertamente Sevilla cuenta con multitud de advocaciones a la Virgen María (con razón es ciudad mariana) y muchas de ellas las conocemos al ser titulares de hermandades de la ciudad, por ser patronas pero hay algunas que seguro se nos escapan. Hoy con la ayuda del libro de Antonio Sánchez Carrasco ‘Vírgenes desconocidas de Sevilla’ vamos a dar luz, con datos e historia, a la advocación de Comendadora.
Procede de la Virgen de la Merced y del suceso que tuvo que ver con Pedro Nolasco. Cuenta la historia que estando Nolasco en un convento de Barcelona, el 2 de agosto de 1218, oyó la campana de maitines sonando más tarde de lo que era habitual. Se apresuró a bajar a la iglesia y al llegar contempló a la Virgen, quién rodeada de ángeles y santos, diciéndole «Es voluntad de mi Santísimo Hijo y mía que findes en el mundo una Orden que en mi honor deberá llamarse Orden de la Merced de la redención de los cautivos. El hábito será blanco en honor a mi pureza, en el pecho llevará una cruz roja en recuerdo de mi Hijo y el escudo del Rey al que sirves».
La Virgen se apareció vestida con el hábito mercedario y cantando salmos, sentada en el coro, por ello la tradición en los conventos mercedarios es representar a esta advocación mariana de Comendadora entronizada en el coro de los templos, situándola en el asiento presidencial, siendo éste el lugar que ocupa normalmente el comendador de la Orden.
Casualmente esa misma noche también se le apareció a Raimundo de Peñafort y al rey Jaime I.

Es por ello que Pedro Nolasco se convirtió en uno de los fundadores de la Orden de la Merced. ¿No les suena de nada eso del hábito blanco si lo asociamos a esta Orden? Efectivamente, muchos se habrán dado cuenta que los manigueteros de la Virgen de la Merced de la Archicofradía de Pasión visten el hábito mercedario tal y como dispuso la Virgen María.
La iconografía se creó de la estampa ideada por Jussepe Martínez en 1618 para la canonización de San Pedro Nolasco .
Si pensamos en esta advocación y su iconografía en Sevilla, seguro que la primera que nos sale es la Comendadora del Museo ¿verdad? pues no es la única que tenemos en la ciudad. Vamos a darnos un paseo por las calles y conventos de Sevilla y vamos a descubrir más sobre todo esto.
Comenzamos en la plaza del Museo, aquí, en la capilla de la hermandad del mismo nombre encontramos a la Virgen Comendadora de la Merced que presidía el coro del convento Casa Grande de la Merced Calzada, donde ahora se sitúa el Museo de Bellas Artes de Sevilla.



Podemos apreciar a una imagen sedente, con una majestuosidad de la Theokos de las escuelas anteriores en el período gótico pero con una dulzura más pronunciada en el rostro que aparece en el siglo XVI. Está vestida con el hábito de la Orden. En su mano izquierda sostiene el libro de las Horas como acompañamiento del rezo litúrgico a la comunidad de mercedarios mientras que su mano derecha se apoya en el pecho.
Tiene una larga cabellera negra con una diadema con doce estrellas. Está atribuida a Jerónimo Hernández aunque también a Juan de Oviedo en el siglo XVIII. Tal y como Sánchez Carrasco nos cuenta en su libro «su estofado en oro, la policromía y la mascarilla son más similares a los modelos que realizada José Montes de Oca en el siglo XVIII»
La talla ha llegado a procesionar en muy contadas ocasiones, siendo una de ellas en el corpus de San Vicente.
Si seguimos caminando en nuestro paseo por el barrio de San Vicente nos topamos con la calle Guadalquivir y el Convento de la Asunción, antiguo Convento de Santiago de la Espada. Aquí se encuentra otra de las tallas con la advocación de Comendadora que se nos suele pasar muy desapercibida.
Nos encontramos a una imagen sentada, como las Comendadoras. La mano derecha la posa sobre el pecho y en la izquierda sostiene el libro de los capítulos de la Orden.
Se ubica en una hornacina coronada por el escudo de la Merced, está rodeada de ángeles y en sus pies tiene la luna.
La talla presidía anteriormente el coro del monasterio de la Asunción que se encontraba en la esquina de Alfonso XIII con la calle San Vicente pero deja de hacerlo en 1868 cuando el Monasterio se dedica a otras labores para que, un poco más de 20 años después, las monjas llegaron al Convento de la Asunción.
Para finalizar esta ruta vamos a la calle San José, allí encontramos la iglesia del mismo nombre.
La Virgen Comendadora de este lugar, curiosamente, aparece en el ático del altar mayor y no en el coro como su iconografía manda. El Niño no aparece con ella, lleva corona, está rodeada de ángeles y tiene una posición que parece sedente.
Se encuentra en el altar mayor en recuerdo que en sus inicios el templo era un convento de Mercedarios Descalzos.

Observamos que está vestida con hábito mercedario aunque no figura en ella el escudo de la Orden. En su mano derecha no porta nada pero en al izquierda lleva un rosario y un escapulario.
Es una imagen de autor desconocido que está datada a mediados del siglo XVIII.
