San Onofre: los restos del Convento de San Francisco

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Tras la reconquista de Sevilla a manos del Rey San Fernando, se construyó en la actual Plaza Nueva, uno de los edificios conventuales más notables de la ciudad y que albergaba a la Orden de Frailes Menores de Sevilla, conocido también como Casa Grande de San Francisco.

Este Convento abarcaba más allá de los límites de la Plaza Nueva, llegando a ocupar espacios que hoy llevan por nombre las calles Albareda, Carlos Cañal, Zaragoza o Joaquín Guichot. Fue exclaustrado y demolido en 1840 a causa de la desamortización de Mendizábal pese a tener la oposición de un buen número de sevillanos que pretendieron evitar el derribo. Su desaparición hizo que gran parte del rico patrimonio que poseía se perdiese, a excepción de algunas partes que hoy se encuentran localizadas y se conservan.

En Sevilla se mantiene, arquitectónicamente, el arco principal de acceso desde la Plaza de San Francisco, actualmente el arquillo del Ayuntamiento que fue realizado por Diego de Riaño en 1527 y la Capilla de San Onofre, en la céntrica Plaza Nueva.

San Onofre, ejemplo del Barroco hispalense

A la Capilla de San Onofre, fundada por la Hermandad de las Ánimas en 1520 con la finalidad principal de celebrar la Misa por las ánimas del purgatorio, se accedía a través del atrio del edificio conventual de San Francisco.

Este santo anacoreta da nombre a un lugar sagrado que pasa desapercibido para los ciudadanos, entre carteles  y orlas de cultos se encuentra esta Iglesia, en un ángulo de la plaza contiguo junto al regionalista y vistoso edificio de Telefónica.

Es un excelente ejemplo del Barroco, movimiento que proviene de Roma y que surge como reacción a un equilibrado y sereno Renacimiento que dominaba la sobriedad, la medida y la lógica, dando paso a un estilo que comenzaba a usar la curva en vez de la recta en la planta y fachada de los edificios. Así como innova con elementos arquitectónicos renovados utilizando a partir de ese momento la columna salomónica, las volutas o los estípites.

Se compone de una sola nave cubierta por una bóveda de cañón con arcos fajones y lunetos, con cuatro retablos de gran valor y diversos lienzos que envuelven este recóndito lugar.

Conserva obras de Pedro Roldán, Martínez Montañés o Pacheco

En su interior destaca el retablo mayor obra de Bernardo Simón de Pineda y ejecutado entre 1678 y 1682 con tallas de Pedro Roldán. Está compuesto por sotabanco, banco y cuerpo, con tres calles y ático. En el banco destacan relieves de San Francisco de Asís y San Lorenzo, en el centro el de las ánimas del Purgatorio. El primer cuerpo alberga las imágenes de la Virgen de la Luz, San Fernando y San Hermengildo; el relieve de la Circuncisión y la figura de Dios Padre, adornados con columnas salomónicas, ángeles y juguetones, coronan el ático.

El segundo retablo está destinado a su titular, San Onofre, cuya talla es de Pedro Díaz Palacios. La arquitectura está atribuida a Martínez Montañés y la pintura a Francisco Pacheco. En ese mismo testero se sitúa un cuadro de la Virgen de Guadalupe realizado por Juan Correa además de un relieve de la Trinidad de finales del siglo XVI, del que se desconoce su autoría, pero cercano al estilo de Jerónimo Hernández.

En el tercer retablo, del siglo XVI, aparece una Inmaculada del siglo XVIII y los relieves de los Santos Juanes y Dios Padre. San Laureano forma parte de la hornacina principal del cuarto retablo finalizado en 1684, además de diversos relieves con escenas de la vida de San Juan Evangelista.

Lienzos con momentos de la pasión de Cristo cuelgan de las diferentes paredes de esta Capilla.

La Hermandad de las Ánimas de San Onofre 

Unos terrenos cedidos por la orden franciscana y que originariamente albergaron un cementerio musulmán, sirven como base para levantar esta Iglesia.

La Capilla llegó a tener hermandad propia, la de las Ánimas Benditas de San Onofre, así como un hospital. La Corporación, fundada en el S XIII, siempre ha sido propietaria del templo.

Bibliografía:

  • Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía (SIPHA). Instituto del Patrimonio Histórico.
  • Roldán Salgueiro, Manuel Jesús: Iglesias de Sevilla. Sevilla. 2010.

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