El pasado domingo 8 de diciembre la capital hispalense vivió un acontecimiento único y que será recordado a lo largo de las distintas generaciones.
Se celebró una procesión magna (o de clausura como algunas entidades quiere que se le llame) con motivo del II Congreso Internacional de Hermandades. Las principales devociones de la ciudad y del resto de la provincia se dieron cita en un hecho sin precedentes en este presente siglo XXI.
La procesión magna del II Congreso Internacional de Hermandades
En ella participaron, por el siguiente orden, la Virgen de los Reyes, el Señor del Gran Poder, la Virgen de Setefilla de Lora del Río, la Virgen de Valme de Dos Hermanas, la Virgen de Consolación de Utrera, la Virgen de la Esperanza de Triana y la Virgen de la Esperanza Macarena.
Los diferentes pasos procesionales se encontraban preparados en las naves catedralicias, tras la llegada en la tarde del día 7 del Cristo de la Expiración y la Esperanza de Triana, y en la madrugada del día 8, la Virgen de la Esperanza Macarena y el Señor del Gran Poder.
La salida del cortejo de la procesión de clausura comenzó a las 16.00 horas y discurrió por el recorrido común establecido de plaza Virgen de los Reyes, plaza del Triunfo, Miguel Mañara, Santo Tomás, avenida de la Constitución, Almirante Lobo y Paseo de Colón.
La primera en salir fue la Virgen de los Reyes, en su nuevo palio de tumbilla, aunque lo hizo hasta la altura de la plaza de toros de la Maestranza. Allí presidirá el resto de la procesión, donde se encontraba el arzobispo José Ángel Saiz Meneses y el nuncio del Vaticano en España, Bernardito Auza, entre otras personalidades.
Posteriormente le siguió el Señor del Gran Poder, donde se pudo ver con la túnica persa. A continuación, la Virgen de Setefilla, en sus particulares andas, y aunque discurrió por el recorrido oficial de manera solemne, tras su salida de ella lo hizo como viene haciendo por Lora del Río, dándole autenticidad.
Siguió la Virgen de Valme en su paso estrenado el pasado año 2023, para continuar con la Virgen de Consolación de Utrera, que cautivó a todo el público asistente. Llegó el momento del Cristo de la Expiración del Cachorro con un andar solemne y con los sones de la Banda de Música de la Puebla del Río, con un repertorio exquisito.
Este recorrido finalizó con las dos principales marianas de la ciudad, la Virgen de la Esperanza de Triana donde se llevó varias grandísimas ovaciones y la Virgen de la Esperanza Macarena, donde incluso dio una vuelta de 360 grados a la altura de la torre del Oro, a los sones de ‘Pasan los Campanilleros’.
Todos los pasos hicieron su saludo ante la Virgen de los Reyes dejando así una estampa que perdurará en la memoria de los presentes.
Vídeo
Vídeo: Salvador Quevedo.
