La Hermandad de los Estudiantes ha celebrado en este año 2024 el centenario de su fundación.
Por todo ello, el pasado mes de noviembre, tanto el Cristo de la Buena Muerte como la Virgen de la Angustia fueron trasladados a la iglesia de la Anunciación, su sede primitiva para la celebración de estos cultos extraordinarios. Posteriormente realizaron su procesión triunfal hasta su capilla de la Universidad, dejando una de las estampas del año en la capital hispalense.
El traslado de los titulares de los Estudiantes a la Anunciación
Desde la capilla de la Universidad partieron los titulares de la corporación del Martes el pasado sábado 9 de noviembre en torno a las 18.00 horas. El Cristo de la Buena Muerte lo hizo portado por sus hermanos y devotos en posición postrada, mientras que la Virgen de la Angustia hizo lo propio en sus andas.
Un recorrido con cierto sabor de antaño donde se pudo contemplar por el barrio de Santa Cruz. Por Alcaicería y la plaza del Pan. En torno a las 21.00 horas llegaba el cortejo al cortejo procesional donde lo esperaba la Hermandad del Valle.
Allí se celebraron los cultos en su honor, con un altar que evocaba tiempos pretéritos.
Su regreso hacia la capilla de la Universidad
Ocho días después, el domingo 17 de noviembre, se efectuó su procesión triunfal hasta la capilla de la Universidad. Lo haría con sus respectivos pasos procesionales, como si de un Martes Santo se tratase.
A las 17.30 horas se abrieron las puertas de la Anunciación para la salida de la comitiva. A un buen ritmo lo hizo el Cristo de la Buena Muerte, bajo los sones de la Banda de Música del Maestro Tejera, demostrando un nivel y con un repertorio excelso. Posteriormente, lo hizo el paso de palio de la Virgen de la Angustia con la Banda de Música de Alcalá de Guadaíra.
A causa del alumbrado navideño se tuvo que modificar el recorrido. Tras llegar a Campana transitó por O’Donnell hasta llegar a la plaza de la Magdalena y de ahí a la Plaza Nueva por Méndez Núñez. Comenzaba a caer la noche para continuar por las inmediaciones de la catedral para continuar por el recorrido habitual de regreso que realiza la cofradía el Martes Santo.
A pesar de la exquisitez de esta salida extraordinaria, la entrada se vio manchada por el personal de seguridad (el o los responsables) de la Universidad de Sevilla. La verja del Rectorado permaneció cerrada para el público hasta instantes antes de que llegara la cruz de guía. No se permitió pasar ni tan siquiera a un hermano diputado de tramo que se encontraba indispuesto, sólo lo hizo ante un alto cargo de la Universidad de Sevilla.
Cuando se abrieron las puertas el público que aguardaba salió en tropel a buscar el mejor sitio para la entrada de la cofradía, algo que se vio denegado, por causas que aún se desconocen, por el personal de seguridad que impidió el paso de público a la entrada. Sólo se pudo ver desde fuera del recinto universitario, en el Prado de San Sebastián.
Tras atravesar la lonja universitaria llegaba el Cristo de la Buena Muerte con los sones de la ‘Marcha fúnebre de Chopin’, una delicia para los sentidos, hasta su entrada a la capilla. Posteriormente lo haría la Virgen de la Angustia, con ‘Coronación’ y ‘Virgen de los Estudiantes’, su ‘himno’ hasta llegar a su templo, culminando así un centenario que quedará marcado con letras de oro en la hermandad.
Vídeos: Carlos Iglesia.
