Publicado por Y llegó septiembre, novena fracción mensual y con él, el final psicológico de la estación del solsticio de verano y aunque el calor se mantiene perenne, a la veintena, equinoccio y saludos obligatorios al querido otoño.
Sevilla recupera su actividad, se abren portones escolares, mochilas se inundan de lápices y cuadernos hasta rebosar las cremalleras que diente a diente, guardan la totalidad de lo menesteroso para seguir creciendo en lo académico.
Septiembre mes del aster, flor del amor mientras los días se acercan a la noche acortando su luz.
Septiembre, como ya dejó manuscrito y cantado el filósofo es el mes de la uva, de su recolección, de la vendimia. Bendita uva sembrada y cuidada con mimo que será bien vino. Bendito vino con el que brindo contigo y por ti.
Atrás quedaron los granos de arena, el salitre y el perfume embriagador a mar. Las olas se detienen, el ciclo se paraliza para que comience de nuevo, el ciclo de la vida. Y en Sevilla eso es sinónimo de primeras reuniones, inauguraciones de cursos y sin cabida a la dubitativa sentencia, el mes baratillero en 2024 por excelencia. Su Piedad, será Coronada y Sevilla la aguarda torera, esplendorosa, radiante e inundando de su gracia de barrio, del Barrio del Arenal.
Y tras septiembre vuelan los días y esperando los marcados en el almanaque de Sor Ángela en tonalidad bermeja.
Sevilla vuelve a lo suyo y todos los congratulamos de ello.
Tengan una gratificante entrada de mes y ante todo y sobre todo, sean felices.
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