La titulación utilizada pase este dominical: Colapso desolador rima con CECOP.
A la presente y tras la primigenia y breve parrafada ya sabrán por dónde acontecerá este manuscrito.
El respeto al edil y a la totalidad de ocupantes de la Casa Consistorial ha sido una máxima que sempiternamente ha manejado con destreza este Rey Santo y no va a cambiar pero hay ínfimas e íntimas casuísticas a tratar con vehemencia.
Brota una cuestión entre la multitud: ¿es menesteroso crear un evento sacro en una festividad tan sevillana y mariana como la de la octava fecha de la mensualidad última, a sabiendas de que el Reino en esas fechas maneja el desborde presencial y ocupacional, humanamente versando, con la simpleza de la cercanía del Nacimiento del Hijo del Altísimo y el alumbramiento de callejuelas y plazas de alrededor de esta Catedralicia Morada?
La ocurrencia desata la locura en semejante nivel a la que posee el ocurrente y la caterva de dirigentes que ya se veían en la foto con una vara en una mano y un cartuchito de castañas asás en la otra.
Es el momento de situarse en la piel del cofrade necesitado de altares en movimiento y música de acompañamiento; no cabe la dubitativa sentencia al respecto: Sevilla aún no ha albergado Magna Procesión Extraordinaria más allá del aprovechamiento en nombre de este que manuscribe y la fecha histórica para el recuerdo con el pretérito Sábado Santo Magno.
Tras esto, la elección es una mixtura entre lo doloroso y lo glorioso sin más solidez en lo decisorio que la del índice apuntador que ha elaborado el listín. Para listín el ocurrente…
Promulgado lo cual, en esta septenaria que hoy culmina, el equipo de seguridad del reino, el tan manido CECOP que tanta fortaleza posee para exigir la terna de conceptos en Semana Santa, ha declinado la celebración de tal evento en cuanto a su recorrido y lo magno es cambiar el itinerario pero mantener la cabeza en vez de caminar en fecha diferente haciendo otear que el Paseo de Cristóbal no está exento de riesgo ante la multitud anhelada.
El cambio es aún menos ocurrente el primigenio pero tiene el peso de la sapiencia que este edil y su equipo de Fiestas Mayores carece. Ser lo explico: Sevilla y sus sevillanos, cofrades en su totalidad, saben andar a la perfección entrando o saliendo de la Catedral y eso garantiza un plus que limita lo novedoso.
Exaltado en mi ser, y exaltado el conflicto, las hermandades deberían tomar las riendas de la eventualidad y ser voz y voto y no meros cómplices. Sevilla se lo agradecerá.
