Publicado por En estos últimos días estamos presenciando uno de los mayores ridículos en la organización de un gran acontecimiento en la capital hispalense.
Una procesión magna con las principales devociones de la ciudad y con las patronas de varias localidades de la provincia a la deriva por la nefasta gestión de sus organizadores, donde el Ayuntamiento, el Consejo y el arzobispado tienen su parte de culpa. Una imagen nefasta que deja muy a las claras que una ciudad como Sevilla parece que no es capaz de albergar un evento de estas características, a pesar de la proyección internacional en estos últimos tiempos.
Una procesión magna que ya empezó torcida por el cambio de fecha. En principio iba a llevarse a cabo el próximo mes de octubre, pero se pospuso en diciembre por «el desdoble de la fase final del Sínodo, que pasa a celebrarse tanto en octubre de 2023 como en octubre del 2024». Excusa barata vendida a los medios para que coincida, por capricho del arzobispado (o de más arriba) y coincida con el puente de la Inmaculada, una de las fechas más complejas de la ciudad, dada la llegada de cientos de miles de visitantes a la ciudad para disfrutar de luces navideñas, de muñecos con luces, además de las propias compras prenavideñas de rigor.
A todo ello, se le añadiría que cada extraordinaria de las cuatro principales devociones de la ciudad, que han albergado en estos últimos años cientos de miles de visitantes en sus salidas extraordinarias, además de la llegada de devotos de Dos Hermanas, Utrera y Lora del Río para acompañar a sus correspondientes patronas.
En este sentido, ya el pasado mes de junio se anuncia alegremente el recorrido común por el Paseo Colón, el orden del cortejo (se ven que los canónigos de la catedral que anteceden a la Virgen de los Reyes no les gusta andar mucho) y las sillas con su correspondiente 21% de IVA. La noticia salta el pasado miércoles cuando el Ayuntamiento tumba este recorrido por el Paseo Colón alegando problemas de movilidad en esa zona, con dos puentes cortados al tráfico, una avenida principal cortada durante bastante horas o incluso un día antes, o las pocas vías de evacuación de la zona lo desautoriza. Parece que con las carreras ‘cuasisemanales’ los domingos por la mañana, albergar el desfile del día de las Fuerzas Armadas con la Maestranza y la Torre del Oro de fondo o el día que el señor Muñoz cortó el Paseo Colón para hacer gymkanas y jugar al ping-pong, no había estos problemas… Curioso cuanto menos.
Lo que, quizás pueda chocar bastante es que se anuncie un recorrido a través del Consejo y del arzobispado y que en pleno mes de julio lo tumbe el Ayuntamiento. ¿Se ha anunciado un recorrido públicamente sin contar con el Ayuntamiento y el Cecop y sin ningún informe de seguridad? Si fuera así, sería uno de los mayores ridículos de la institución de San Gregorio desde que los años de Bourrelier se convocó a la prensa para decir que continúan trabajando con la reestructuración de la Madrugá, sin llegar a ningún tipo de acuerdo. Por el momento, el Consejo calla: «En cuanto haya algo que contar os lo contaremos». Sin comentarios.
Otra opción recaería en la Policía Local. Según apuntan algunos medios locales, el desencuentro entre la Policía Local y el Ayuntamiento sería más que evidentemente, ya que, según apuntan, no se habría cobrado aún las horas extra de las Fiestas de la Primavera y de las múltiples salidas extraordinarias que está acogiendo la ciudad. Incluso, estarían amenazando con un ‘boicot’ sobre la celebración de la velá de Santa Ana de la próxima semana o la celebración de la Policía Local.
Siempre vamos a presuponer del buen hacer de los Cuerpos de Seguridad del Estado en su trabajo, como vienen haciendo diariamente a pesar de estos problemas que vienen reclamando, pero… ¿Sería una manera de presionar al Ayuntamiento de una mejora salarial o mejores infraestructuras utilizando eventos de esta índole como es esta celebración magna? No lo sabemos, y esperemos que no sea así.
No dejan de ser meras hipótesis o conjeturas, pero está claro que existe un trasfondo interno que a día de hoy desconocemos, y en la que las tres partes implicadas (Ayuntamiento, Consejo y arzobispado), además de la Seguridad, en la que la coordinación de todas ellas, brilla en su ausencia.
Una ignominia que finalmente, afectan a todas las instituciones implicadas, a las hermandades participantes y a todo el público que ya tenían concertadas sus correspondientes sillas o sus viajes a Sevilla para esta fecha. Y con un futuro donde se buscan alternativas como una Carrera Oficial a la inversa con los mismos problemas que acarrean en Semana Santa y su correspondiente privatización a abonados como ocurrió con el Santo Entierro Grande de 2023.
Es una pena que Sevilla no sea capaz de organizar un evento de estas características y que se vea manchada la imagen de una ciudad por la ineficacia de sus organizadores.
Fotografía: Serrano.
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