Así son los actos y cultos por el 375.º aniversario del milagro del Santo Crucifijo de San Agustín

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La Hermandad de San Roque ha presentado este miércoles 26 de junio en el ayuntamiento los actos y cultos conmemorativos por el 375.º aniversario del milagro del Santo Crucifijo de San Agustín.

Además, ha presentado el cartel conmemorativo de Jesús Zurita.

Actos y cultos

Tras la celebración del besapiés el primer domingo de Cuaresma, y el triduo al Crucifijo de San Agustín, éste permanecerá presidiendo el altar mayor de la parroquia de San Roque hasta el Domingo de Resurrección. 

Se podrá ver la estampa única del Sagrado Crucifijo de san Agustín presidiendo el triduo sacro de su templo. Además, se recuperará el privilegio del Jubileo de las cuarenta horas ante el Santo Crucifijo. A partir del año 2025, el Jubileo Circular de las cuarenta horas pasará a celebrarse los días 30 de junio, 1 y 2 de julio, en la parroquia de San Roque, días previos a la función votiva. Se celebrará ante el Sagrado Crucifijo de San Agustín, recuperando así un antiguo privilegio que tenía otorgado.

Se repondrá la tabla donde se explicaba el milagro del 2 de julio de 1649. En el antiguo convento Casa Grande San Agustín, situada en una zona próxima a la ubicación del Santo Crucifijo, existía una tabla en la que se podía leer una descripción del milagro del 2 de julio de 1649. Tras la desamortización en 1835 del convento de San Agustín, tanto la imagen como esa tabla, fueron trasladados a San Roque donde permanecieron hasta su desaparición en el incendio de julio de 1936. Una vez localizada una transcripción del texto que figuraba en la tabla, la hermandad va a recuperar esa estampa que durante tantos años pudo contemplarse explicando el milagro situada cercana a aquel que obró el milagro.

Se realizarán unos actos de culto extraordinarios aún sin detallar. Actualmente se están preparando en coordinación con el delegado diocesano de hermandades y cofradías y en breve, la hermandad ofrecerá toda la información pertinente.

Se solicitará la rotulación de un espacio público a nombre del Santo Crucifijo. Se han iniciado los primeros pasos para solicitar que un espacio público situado en una zona cercana al lugar donde durante tantos siglos recibió veneración sea rotulado con el nombre de Santo Crucifijo de San Agustín.

También se pedirá una portada de la plaza de San Francisco para el Corpus 2025 y una exposición temática en la casa consistorial.

Se realizará una novela gráfica para acercar la historia de la devoción del Santo Crucifijo de San Agustín a los niños. A través de un libro con ilustraciones y colores atractivos y con un lenguaje adaptado a los niños, trataremos de acercar a los más pequeños el conocimiento de la devoción mediante la ilustración de relatos acerca de su historia y leyendas.

Se quiere transmitir el origen y la importancia de la devoción en charlas en centros y catequesis escolares. Con la misma idea matriz de lo expuesto en el punto anterior, la hermandad quiere llevar a cabo charlas dirigidas al público en edad escolar adaptadas a ellos tanto en guión como en el lenguaje que se empleará, buscando transmitir con ellos, de forma cercana y atractiva, la historia de tan grande devoción y lo que llegó a representar para esta ciudad.

Para finalizar, se hará un número del Boletín de las Cofradías de Sevilla dedicado al Santo Crucifijo y a su vinculación con la ciudad.

El cartel de Jesús Zurita

Jesús Zurita ha sido el autor del cartel conmemorativo del milagro del Santo Crucifijo de San Agustín en la epidemia de 1649. En la obra aparece el Cristo sobre un fondo carmesí en el que se despliega el pendón de la ciudad, circundado con las armas de Castilla y presidido por el rey San Fernando. “Está doblado y roto, herido como la ciudad demediada, pero no quebrada”, señala el autor.

En el mismo pendón se insertan diferentes elementos simbólicos, como los ángeles que, por la intercesión milagrosa del Cristo de San Agustín, detienen las flechas epidémicas que caen del cielo, la victoria efímera de la muerte se figura en un esqueleto que se cubre tras el trono de San Fernando o una vista de la época de la propia ciudad desde donde se alzan las pavesas de las hogueras en las que se quemaban los objetos contaminados de peste, estas pavesas se unen al fuego del laurel, la hierbabuena, el romero y otras plantas aromáticas que se quemaban para purificar el aire y que aquí se anudan al árbol de la cruz, una cruz verde y viva que es el verdadero estandarte de la ciudad.

El rótulo del cartel, un texto con muchas letras muy juntas todas, es como una lápida de muerte sobre la que se alza la victoria de Cristo que no sucumbió ni a las epidemias del XVI y del XVII ni a las sinrazones del XX, por eso el fuego no extinguió la devoción de Sevilla por el Crucificado de San Agustín, porque la madera de su figura provendría del árbol de la vida, por eso siempre estará viva en una ciudad a la que si hubiera que describirla con sólo dos palabras o adornarla sólo con dos títulos, teniendo siempre presente sus tiempos y su historia, habría que hacerlo como la ciudad de la Gracia y la Esperanza.

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