El pasado sábado 1 de junio se vivió uno de los días que serán grabados en letras de oro para la capital hispalense, y en especial para la feligresía de San Pedro.
El Cristo de Burgos procesionó de manera extraordinaria a la catedral con motivo de su 450.º aniversario. La misa estacional iba a efectuarse en la plaza de San Francisco, pero finalmente no se pudo llevar a cabo por una manifestación que se llevó a cabo en la Plaza Nueva.
El traslado del Cristo de Burgos a la catedral
A las 07.25 horas de abrieron las puertas de la parroquia de San Pedro para la salida del cortejo. Un público justo y medido en las primeras luces del alba esperaron a la salida de un cortejo compuesto, además de los hermanos con cirio, por representaciones de la feligresía. Minutos después salió en su paso procesional el Cristo de Burgos, con su particular sencillez y elegancia que la caracteriza.
Un recorrido corto y directo hacia la catedral dejó estampas para el recuerdo, con las luces de la mañana, como en su paso por la plaza Cristo de Burgos, en la Cuesta del Rosario o en la Cuesta del Bacalao. Pasadas las 09.00 horas llegó el cortejo por la catedral, donde entró por la puerta de Palos.
Posteriormente, se dispuso en el altar del jubileo de la catedral para la misa estacional, oficiada por el arzobispo José Ángel Saiz Meneses.
Su regreso, a los sones de Tejera
El calor empezó a hacer mella cuando en torno a las 12.00 horas se procedió al regreso del Cristo de Burgos. Lo hacía con los sones de la Banda de Música del Maestro Tejera, dejando una imagen que quedará en la retina de los presentes. Bajo el repique de campanas de la Giralda salió la imagen de Juan Bautista ‘El Viejo’, donde se interpretó ‘Miradlo en la Cruz’, la marcha conmemorativa realizada por David Hurtado.
Siguió en la Cuesta del Bacalao, donde dejó otro de los momentos más destacados, donde se interpretó ‘Nuestro Padre Jesús’ y ‘Saeta cordobesa’, una delicia para los sentidos.
Con su recorrido tradicional de regreso el Miércoles Santo, continuó por Francos hasta la plaza del Pan, cubiertos por los toldos propios del verano. Por Alcaicería siguió hasta la plaza de la Alfalfa, otro de los momentos culmen de la procesión.
El calor empezaba ya a hacer mella en el cortejo procesional y prosiguió por San Juan y Boteros, para alcanzar Sales y Ferré y la plaza Cristo de Burgos. Allí giró hacia su casa hermandad y atravesó su plaza con marchas como ‘Expiración’ y ‘Cachorro, Saeta sevillana’. A las 15.22 horas hizo la entrada a su parroquia, dejando así un día que quedará grabado en la memoria de esta hermandad.
Fotogalería
Vídeos y fotografías: Carlos Iglesia, Salva Quevedo, Rodo Janeiro, Benito Álvarez y Agustín López.
