Un «mitin» llamado Pureza

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Una de las palabras que más se han podido escuchar en esta Semana Santa ha sido la palabra «mitin». Según la RAE, un mitin como «reunión donde el público escucha los discursos de algún personaje de relevancia política y social».

Y posiblemente, sea también la mejor definición de lo que se pudo vivir en la noche del Jueves al Viernes Santo en Pureza tras haber anunciado la Esperanza de Triana la suspensión de su estación de penitencia. Un auténtico show sin precedentes de algunos con un claro afán de protagonismo sin precedentes, dejando un daño casi irreparable a una hermandad que nada tenía que ver con estos hechos.

El primer asalto ocurrió cuando se ve desde el piso de un conocido vecino de la calle encendió sus focos desde su azotea una gran petalá a la nada… Bueno a la nada no, a la tetería que tenía enfrente ante la multitud de público que se agolpaban en la zona para mayor regocijo de los presentes. Un show innecesario que se complementó con una saeta a… ¿a quién? Una de las preguntas sin respuesta que se dieron.

Para culminar este espectáculo, un grupo de… (ellos dicen que son hermanos y fieles), arrojaron una ingente cantidad de pétalos a los miembros de seguridad de Prosegur en la puerta de la capilla de los Marineros. Presidente y vicepresidenta de petalás (sí, como lo oyen), cruzaron sendos audios que han sido totalmente virales por todas las redes sociales, llegando incluso a realizar una canción de reggaeton a través de la IA.

El esperpento continuó días después cuando uno de estos vecinos intentó agredir físicamente a uno de los periodistas que comentó estos hechos en la televisión por calificarlos como «mamarrachada».

¿Hasta qué extremos están llegando estos supuestos ‘kofrades’ para conseguir notoriedad? ¿Qué necesidad existe de dar la nota de esa manera, y para más inri, en uno de los días más importantes para una hermandad como es su estación de penitencia?

En muchas ocasiones, se olvida que nuestras imágenes titulares salen a la calle, y en el caso de la Semana Santa para hacer su estación de penitencia, para evangelizar y no para que supuestos cofrades busquen un protagonismo desmedido de una manera unipersonal y egoísta para un beneficio propio.

Uno de los males endémicos de nuestras cofradías, ya no sólo de la Esperanza de Triana sino del resto de las hermandades, es que determinados hermanos o fieles no buscan servir a su hermandad, sino servirse de ella. Un claro problema de formación y de valores, propios de los tiempos que corren, de las que las distintas corporaciones, entidades e instituciones no deben hacer oídos sordos, sino intentar poner algún tipo de solución.

En el caso de la corporación de la calle Pureza, nadie pone en su duda su propia idiosincrasia y su manera de vivir estos días, sello e impronta de la hermandad y de su barrio, algo que nunca debe perderla. Pero de ahí a los sucesos vividos por estos «fieles» hay un trecho.

Ojalá vuelva la cordura y sensatez y que estos hechos no se vuelvan a repetir y que todos los hermanos estén unidos en torno al Cristo de las Tres Caídas y la Virgen de la Esperanza en la Madrugá y en la mañana del Viernes Santo, sin ningún tipo de «mitin» de esta índole como la de la noche de este pasado Jueves Santo.

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