Sin lugar a dudas, y tras la pasada Semana Santa de 2023 plena de cofradías y con un Santo Entierro Grande, 2024 ha sido la más lluviosa y la que más hermandades han suspendido su estación de penitencia, un total de 38, además de otra cuatro que se tuvieron que refugiar en la catedral.
Sólo las dos de vísperas, el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión, y el Sábado Santo (con susto final) fueron jornadas plenas de cofradías. Ha llovido desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.
Para buscar un último precedente a una Semana Santa de estas características, sin contar avatares históricos o de pandemias, habría que remontarse a 1756, donde ninguna de las diez cofradías de la nómina de aquel año pudieron salir a causa del agua.
La lluvia en la Semana Santa de Sevilla de 2024
El Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión se saldó con pleno de cofradías en la calle, donde pudieron salir todos los cortejos procesionales y con temperaturas que se situaban en los 25-26.ºC.
El Domingo de Ramos, una dana llegó a la capital hispalense, dejando lluvia y barro en la ciudad. Los cortejos de Jesús Despojado, la Cena y el paso del Señor de la Victoria se refugiaron en la catedral, regresando en la mañana del Martes Santo, mientras que el de la Virgen de la Paz volvió a su sede, rompiendo la cofradía. El primer cortejo del Amor con el misterio del Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén avanzó de manera acelerada a su templo, a pesar de estas lluvias. Ya la Hiniesta, San Roque, la Amargura, el Amor y la Estrella suspendieron sus estaciones de penitencia, aunque la corporación de San Jacinto llegó a pedir media hora de prórroga.
La mañana del Lunes Santo estaba cerrada en agua y San Pablo y Santa Genoveva suspendieron sus salidas. El resto de las siete hermandades pudieron hacer su estación con total normalidad, aunque algunas de ellas como el Museo aceleraron su regreso por la amenaza de nuevas precipitaciones. Destaca también la bajada brusca de temperaturas, de hasta doce grados menos con respecto al Sábado de Pasión.
El Martes Santo estuvo marcado por la inestabilidad y por lloviznas. Las tres ‘de negro’, los Estudiantes, los Javieres y Santa Cruz no salieron y el resto de las cinco cofradías lo hicieron con total normalidad.
Jornada muy compleja la del Miércoles Santo, donde contra todo pronóstico, salieron las hermandades del Carmen y del Buen Fin con un 90% de probabilidad de lluvia y con rachas fuertes de viento. Las precipitaciones fueron prácticamente continuas en gran parte de su recorrido. La cofradía de Omnium Sanctorum ni siquiera buscó refugio y a pesar de la lluvia llegó a su sede. La entidad de San Antonio de Padua se quedó en la catedral y regresó el Domingo de Resurrección, casi a modo de «de salida extraordinaria». El resto de cofradías del día suspendieron su estación de penitencia de manera ‘ipso facta’.
La llegada de la borrasca Nelson dejó abundantes precipitaciones y no permitieron salir ninguna de las cofradías del Jueves Santo, Madrugá y Viernes Santo.
Tras las lluvias en la mañana del Sábado Santo se abrió el cielo y pudieron hacer su estación de penitencia las cinco hermandades del día. Sólo el Sol, los Servitas y la Trinidad atrasaron levemente su horario de salida, y cambiaron su recorrido. Pero la amenaza de lluvia seguía presente, y las corporaciones adelantaron sus entradas. En torno a las 00.00 horas llegó la lluvia y solo le cayó a la Virgen de la Esperanza de la Trinidad en la plaza de la basílica de María Auxiliadora y a la Virgen de la Soledad en la plaza de San Lorenzo.
Para finalizar, la Resurrección tuvo que suspender su estación de penitencia por el agua, a pesar de que haber retrasado hasta las 11.00 su salida.
