El cabildo de Toma de Horas, una tradición recogida durante más de cuatro siglos

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Uno de los rituales que marcan la Cuaresma es la celebración del cabildo de Toma de Horas en la catedral hispalense.

Se efectúa catorce días antes del Domingo de Ramos. En este 2024 se hace este domingo 10 de marzo.

El cabildo de Toma de Horas, a los pies de la Virgen de los Reyes

En el cabildo de Toma de Horas se reúnen los hermanos mayores y distintos representantes de las juntas de gobierno de todas las hermandades penitenciales de la ciudad para la aprobación de los recorridos y horarios.

En la actualidad se realiza en la capilla Real, a los pies de la Virgen de los Reyes y la urna con los restos del rey San Fernando. La mesa estaría presidida por el presidente y secretario del Consejo de Hermandades, Francisco Vélez y José Carretero, respectivamente; el delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento, Manuel Alés y el delegado diocesano de hermandades y el vicario general, Marcelino Manzano y Teodoro León.

En primer lugar se toma nota de todos los asistentes a este acto, una vez abierta la puerta de Palos de la catedral.

Una vez comenzado, y con el rezo previo y la lectura del cabildo anterior, se procede a abrir turno de peticiones y alegaciones. Como viene siendo tradicional en los últimos años, las hermandades de la Esperanza de Triana y los Gitanos suelen reclamar su posición natural en la jornada de la Madrugá del Viernes Santo.

Seguidamente se da lectura a los cambios de recorridos y horarios de las distintas cofradías. Posteriormente intervienen cada una de las personas que componen la mesa, finalizando con la firma del documento, y el rezo ante la Virgen de los Reyes.

El cabildo de Toma de Horas, una tradición que se remonta desde 1604

Esta tradición tiene como origen a finales del año 1604. Allí el cardenal Fernando Niño de Guevara convocó el Sínodo diocesano, donde se regularon algunos aspectos que ayudaron a configurar la Semana Santa.

Tal y como muestra en el capítulo 23, en ‘De celebratione misarum, se proclamó que el provisor y vicario general de la archidiócesis hispalense sería el encargado de señalar las calles por donde pasaba cada cofradía, así como su hora de salida: «Mandamos que nuestro provisor con las personas que con él suelen y acostumbran ajuntar para este objeto en esta ciudad, y en los demás lugares de nuestro Arzobispado donde hubiere más de una procesión, el Vicario, y donde no lo hubiere el Cura más antiguo, les señale las calles por donde cada una ha de ir y la hora en que ha de salir».

En la segunda mitad del siglo XVIII comenzó la costumbre de imprimir la nómina de las cofradías penitenciales. Allí se indicaba tanto la sede canónica como de su día y hora de salida, dando lugar a lo largo del tiempo a constituirse los horarios de entrada de salida, entrada y a los cuatro puntos de Carrera Oficial. Este hecho se producía cada Martes Santo en la capilla de las Doncellas del seo hispalense.

En 1844 comenzó a producirse en el antecabildo catedralicio y desde 1880 se trasladó al Sábado de Pasión. Durante el siglo XX se dispuso en la sacristía mayor, en la sala capitular, pasando a la capilla Real, tal y como se viene haciendo en la actualidad. Además se trasladó de día haciéndolo catorce días antes del Domingo de Ramos.

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