Juan Carlos Pañero: «Hay que ser un poco más comprensivo y preocuparse por los capataces y costaleros»

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Las distintas corporaciones comienzan a preparar sus distintas estaciones de penitencia de cara a la próxima Semana Santa.

En el mundo del costal, son semanas de igualás y ensayos de cara a las distintas salidas procesionales. Así lo refleja uno de los capataces emergentes de la ciudad, como es Juan Carlos Pañero. Hermano de la Macarena y de los Javieres, comanda los pasos, junto con su equipo, a los pasos de Salud y Esperanza, las andas del viacrucis del Señor del Amor de Valdezorras, y más recientemente, el paso del Triunfo a la Santa Cruz del Sagrado Descendimiento de Alcalá de Guadaíra.

También repasa alguno de los aspectos fundamentales del mundo del costal, como la limitación en los días y horario de los ensayos y la irrupción de las mujeres costaleras.

¿Quién es Juan Carlos Pañero?

Juan Carlos Pañero es un cofrade tardío, porque no empecé como cualquier otro cofrade de la mano de mis padres, ellos nunca han sido cofrades, ni siquiera son de Sevilla. Sin embargo, desde que descubrí a la Macarena en la calle con unos siete años, pues me empezó a llamar la atención el mundo de las cofradías, me he ido ‘envenenando’ de este bello mundo.

Pero bueno, como le digo a todo el mundo, soy un cofrade tardío.

¿Cómo surge tu pasión por el mundo del costal?

Después de empezar a vivir la Semana Santa y a gustarme todo esto, me empezó a llamar la atención el mundo del costal, ver como iban los pasos, a investigar un poco… Cada vez me gustaba más.

Si es verdad que no conocía a nadie que fuese costalero, ya que no venía de un mundo cofrade. Ya en mi gimnasio conocí a dos de ellas. Una de ellas es mi actual contraguía, que es Santiago Zayas y me invitó a que probase como costalero en la Hermandad de los Javieres. Me gustó y ya continué los siguientes años.

¿Y cómo surge tu pasión, ya como capataz?

Pues, mi pasión como capataz ha sido «como comodín del público». Al empezar a gustarme y juntarme con mucha gente, empecé con ‘los Melli’ donde les salió un paso y contaron conmigo. Yo iba detrás de contraguía. Después me junté con Cobos, capataz de San Juan, que por distinto motivos ya me fui alante con él.

Llegó un momento, donde como se dice «el Señor me quiso ahí», y me fui por libre, y ahí estoy con los pasos que llevo ahora mismo. Es un poco estar en el sitio y gustarme esto tanto y haber tenido la oportunidad de poder estar aquí.

¿Cuáles son tus referentes en el mundo del martillo?

Yo tengo a mi Eduardo, mi camarada. Para mí ha sido el que me enseñó la humildad, el cariño, la seriedad. Después también Fali Palacios, que también me enseñó a dar cariño.

Ya también con distintos capataces sí me he quedado con lo demás. Con lo que más echo de menos y más he aprendido es a Eduardo.

¿Cómo definirías tu estilo como capataz?

Serio, siempre serio. A mí la verdad que, por ejemplo, en Salud y Esperanza, vamos más alegre, según el estilo de la propia asociación. En Motril era un paso más serio.

Y ahora con el nuevo paso, del Triunfo a la Santa Cruz de Alcalá de Guadaíra, más serio todavía.

Y ahora hablando un poco de la actualidad del mundo del costal… Desde un tiempo, en especial después de la pandemia, desde el Ayuntamiento se limitó bastante los días y el horario de ensayo. ¿Se ha perjudicado en ese sentido al colectivo de capataces y costaleros?

Se ha perjudicado bastante, tanto al costalero como al capataz. En primer lugar, el costalero que saca más de una hermandad y le coincide el ensayo en el mismo día y a la misma hora… ¿a quién le dices que no va? O al capataz que el costalero que le dice que no va, ¿cómo hace ahora el ensayo con X costaleros?

Limitando las horas, finalmente el problema va siempre a los mismos. Es verdad que «sí molestamos», pero después van todos muy orgullosos fuera de Sevilla diciendo que tenemos la mejor Semana Santa. Pero para tener la mejor Semana Santa tenemos que ensayar, y para ensayar «hay que molestar», lo mismo que puede molestar un partido de fútbol, lo mismo que puede molestar la feria o lo mismo que puede molestar todo.

Hay que ser un poco más comprensivo y preocuparse por los capataces y costaleros.

Hay otro tema también que son las mujeres costaleras. En Alcosa se han presentado, al menos tres mujeres en la igualá. Le dijeron que no. Esas mismas mujeres se presentaron en la Sed con el mismo resultado. En este sentido, qué tal verías la incorporación de mujeres costaleras a la ciudad de Sevilla sobre todo? ¿Hablamos de cuadrillas sólo de mujeres o también cuadrillas mixtas?

No estoy en contra de las mujeres costaleras. Es más, en la extraordinaria de Motril tuve la suerte de hacer una cuadrilla mixta, en la que iban tanto hombres como mujeres.

Sí es verdad que primero pregunté a la hermandad. Un capataz, al fin y al cabo, no deja de ser «un trabajador más» y se debe a una junta de gobierno y nunca se puede ir en contra de ellos. Les pregunté y me dijeron que por ellos no habría ningún problema a ser hermanas de la hermandad. Tampoco me pusieron ninguna objeción sobre la cuadrilla pudiera ser mixta. Las igualé y salieron.

Ya en Sevilla, en la igualá de Salud y Esperanza esperé que vinieran mujeres, pregunté y me dijeron que no había ninguna. Y la verdad que me llevé un chasco, porque si de verdad están deseando sacar un paso en Sevilla, pienso que es el sitio para conocerse y que sean válidas.

Cada uno es libre de ir a donde quiera, pero creo que están empezando la casa por el tejado. Todos los que hemos empezado de costalero, hemos empezado desde abajo, tanto pasos de Gloria, asociaciones civiles… Yo no digo que no se merezcan estar debajo de la Macarena, pero creo que primero deben de ir a las asociaciones donde son más valientes y hay otro tipo de carácter que a lo mejor una hermandad más ‘seria’ le cueste más. Ellas son libres, pero me ha extrañado que no se presentaran a ninguna igualá de Salud y Esperanza o a cualquier otra asociación.

Ya como capataz no nos podemos olvidar, y es la que más te representa, puede ser Salud y Esperanza… ¿Cómo ves a Salud y Esperanza, y ese futuro, más pronto que tarde, poder incorporarse a la Iglesia Católica?

Es un trabajo que venimos realizando durante mucho tiempo. Mi equipo y yo venimos realizando un trabajo que empezamos con quince costaleros. A día de hoy tenemos más de cien personas en el paso de misterio y setenta en el palio.

Estamos trabajando todos a una para que todo vaya a buen puerto. La verdad que es una pena que el mundo cofrade esté ya viendo a Salud y Esperanza como una asociación que deba de estar dentro de la Iglesia. Si es cierto que estamos ya en vías para poder hacerlo y hablando con el párroco, pero de momento no ha llegado a fructificar. De todas maneras, nosotros seguiremos estando ahí, esperando a que podamos entrar.

Hablando de otra asociación que eres hermano, como es las Veredas de Valdezorras. Llevas el martillo de las andas del viacrucis del Señor del Amor que salió la pasada semana. Sales también de costalero en el paso de la Virgen de las Veredas. Parece que hay un nuevo impulso en Valdezorras. ¿Cómo ves este nuevo resurgimiento allí en Valdezorras?

Para mí, Valdezorras son mis inicios. Allí empecé con dieciocho años. Si es cierto, que por distintos motivos ha estado un poco más «estancada» durante un tiempo. Ahora ha entrado savia nueva, nuevo ambiente, más ganas.

El paso de la Virgen lo comanda Antonio Santiago, y dada la carga de ensayos e igualás no se podía hacer cargo de las andas del viacrucis del Señor del Amor, y la asociación me ofreció la oportunidad para comandarlo.

Es una asociación en la que le tengo mucho cariño, porque allí fueron mis inicios en el mundo del costal, y estoy muy a gusto y muy contento. Les tengo una especial devoción, sobre todo a la Virgen, que es más antigua y es donde empecé. Estoy allí muy contento y tengo grandes amistades.

Hemos hablado de tus inicios como es Valdezorras, pero ahora lo último que es en la Hermandad del Sagrado Descendimiento de Alcalá de Guadaíra, con el paso del Triunfo de la Santa Cruz. ¿Cómo afrontas este nuevo proyecto como capataz?

Es un reto difícil, ilusionante y con muchas ganas. Estuve reunido hace unos meses con su hermano mayor para cerrar el contrato. Vimos que  es lo que quería la hermandad y lo que yo podía ofrecer. Que hayan contacto conmigo, es para mí una ilusión.

Nos vamos a estrenar este año allí. Es un reto difícil pero ilusionante y con muchas ganas de empezar.

Como ilusión, ¿qué paso te gustaría sacar en la Semana Santa de Sevilla?

Mi hermandad de siempre y de mi familia es la Macarena, y más que el de la Macarena, el del Señor de la Sentencia. También los Javieres le tengo un especial cariño y aprecio.

Pero tampoco me puedo cerrar a eso. Más que de la Macarena o de los Javieres, soy cofrade. Sí es cierto que esas dos es por afinidad familiar y personal, pero las demás… a quién no le gusta la Amargura, la Estrella, las Penas, el Valle…

Si es cierto que en la Macarena veo reflejado a mi abuelo, a la gente que falta y no te falta.

Y ya para finalizar, ¿qué esperas de esta Semana Santa?

Como todos los años, será de disfrutar, de trabajar. Cada año lo disfruto de manera distinta.

Este año tener a mi hijo y poder enseñarle lo que a mí me enseñaron y lo disfruto. Y cuando veo a mi niño con las andas y me para y me dice «papá», y por supuesto, deseando que en unos años le pueda llevar y que me pueda acompañar en estos pasos.

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