Publicado por Y volvimos a la realidad despertando. Bendito sueño vivido sempiternamente soñado. La realidad se abre paso ante una marchita Navidad sin pétalos ante los que cuestionar.
Se fue la magia a Oriente de regreso, guardando las sobras del poco oro, de la escasa mirra y dejando todo el incienso en Sevilla para lo que ha de venir. Y mientras nos recomponemos, el Dios Momo habita entre nosotros porque no hay Cuaresma sin su previa carnavalera. El yin y el yang del que versan algunos. Equilibrio vital en el que como funambulista nos movemos.
Tiempo de espera. Tiempo oxigenado para alcanzar el tiempo preparatorio para todo lo que sabemos que ha de llegar.
Llegan fechas de anuncios y nuevas, llega en tiempo de los que se adelantan a su tiempo para que el tiempo les pille confesados.
“Venid y veréis”, exalta el Hijo del Altísimo en los Evangelios de hoy y eso mismo dirá Sevilla en su semana de pasión, cuando la primavera esté presente y el naranjo rebosante de azahar en flor. Allá cuando calles y plazas se engalanen al paso de su Redentor y sin contemplación, vivamos de manera singular y sin parangón, la Pasión de Jesucristo, que vivió y murió, y en San Lorenzo se quedó.
Perdonen la osadía y que ice mi voz pero al promulgar sobre Sevilla me sobra todo lo demás.
Ya marcho con este arranque poético de dudosa calidad. Sean felices como si siguiera siendo Navidad.
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