Huellas, pisadas y montículos de arena de los relojes caídos, pretéritos donde lo espolvoreado es firme para sentir las huellas de la marcha.
Fuego demoledor. Fragua que se apaga con algún rescoldo y alguna ceniza aún encendida de lo que fue único, en una nueva eventualidad.
Una nueva marca en el sendero de la vida. Nuevas experiencias aún siendo las mismas que se repiten pero nunca, jamás, será repetitiva.
Dejamos atrás una anualidad con una Navidad íntima y sentida para iniciar un nuevo camino. Le dimos la bienvenida a otro número con sus noches y sus días y llegaron los primeros hitos. Primigenios items que comienzan a grabarse en un nuevo camino dentro de la misma vereda en la que estamos inmiscuidos, gracias al Altísimo que nos permite seguir aferrados a los latidos.
Y llegaron SSMM, mis homónimos mágicos, sin varita aunque con el alarde de ser los elegidos para adorar al Niño Dios y portar la ilusión a los niños sevillanos. Recuerdo sombras y pasos lejanos por los pasillos catedralicios, siento aún como se me acelera el pulso con el tintineo de las llaves heráldicas y lo que costaron adquirirlas.
Y la noche más mágica estalló en júbilo desmedido, en inocencia sin desenfreno, en sonrisas superlativas, en nervios infantes y no tan pequeños. Y el frío de la mañana calaba entre regalos, entre balones, entre equipaciones de tu equipo para que sueñes ser delantero goleador, con muñecas y juegos de sobremesa, con pijamas calentitos y globos y monedas y muchos caramelos…
Hoy, cuando Sevilla aún descansa, todo son ya recuerdos de lo vivido, huellas que marcan nuestros corazones. Un respirar en paz por esas tareas bien cumplidas. Porque Sevilla es mágica y la magia se inventó en Sevilla, aunque vengan de Oriente…
Mañana en calma, descansen que a la venidera volverá lo que todos imaginan y los colegios abrirán sus puertas con otro tipo de magia y con otros corazones infinitos mientras los más pequeños y los no tanto, aún sueñan con guirnaldas y lazos de colores.
Sevilla regresa nuevamente a descender de otro de sus cimas álgidas para recomponerse, peinarse, recogerse la melena y… un nuevo tic tac se acerca…
Y a un suspiro profundo, Doña Cuaresma. Por suerte, para los amantes de la literatura y las coplas, a la mayor brevedad regresa el COAC de nuestra hermana gaditana y ahí sí tienen cabida los tipos, no como alguno que confundió el momento y se colocó un traje con las luces de la Navidad.
Lo versado, respiren, sigan instalados en esta felicidad que nos aborda y desborda y pronto, a unas vueltas de reloj, estamos planchando chorreras, túnicas y costales.
Sean felices.
