Tic, tac… la cuenta atrás se acelera

Avatar de Rey San FernandoPublicado por

Se acelera disminuyendo mientras crece…

Comenzó siendo efluente “esmirriao” que fue recibiendo aguas y más aguas hasta desembocar en un río muy caudaloso que transporta la verdad y desemboca en el mar de nuestras súplicas.

Los pulsos se aceleran, el tic y el tac de nuestros relojes de pared retumban cuasi a la par queriéndose coger la mano y seguir remando hacia ese mar.

Sístole y diástole de lo que somos, encefalograma revoltoso, amplitudes desbordadas de amor como ese río en jornadas de lluvias torrenciales.

Tiempo que no le da tiempo de ser curado nuevamente cuando hay que volver a girar.
Eje erosionado por la actividad. Faltan granos por contar, cada vez menos. Cuentas contadas que te hacen dar cuenta de que lo que viene es realidad, la verdad.

Contrarreloj sin ciclos por la Avenida, maratón con liebre que se escapa y nadie logra alcanzar, dardo ensaetado que sabes que se va a clavar en el corazón. Y retumban el tic y el tac…

¿Prestos para la “photo finish”? Aquende no hubo pistoletazo de salida, abandonen el revólver y que el estruendo inicial lo pongan villancicos, panderetas, palmas y zambombas a compás.

Lo irremediable ya está aquí, llega el principio de los días, un constante volver a comenzar.

Como tarareó la tonadillera: que se le paren los pulsos a este Rey Santo si te dejo de querer…

La escasez se hace manifiesta en contrapunto a lo superlativo, frondoso y derrochador del instante.

Todo parece poco, y esa totalidad se concentra en un bebé sin sonajero, sin pañales y sin toallitas.

El tiempo se alarga mientras la espera, larga espera se acorta con la celeridad infinita que muestran nuestros latidos.

Tic, tac, tic, tac… la cuenta atrás se acelera camino de la Navidad.

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