Coincidiendo en los actos previos a la coronación de la Virgen de los Dolores en su Soledad, la Hermandad de la Vera Cruz de Brenes, junto al grupo joven, realizó un traslado extraordinario del Santo Lignum Crucis a la ermita de San Sebastián el pasado viernes 1 de diciembre.
Este sábado día 2 se procederá al regreso a su sede. Será a partir de las 18.30 horas, para ir por el Paseo del Agua, Calle Real y plaza 1º de mayo para entrar a la parroquia de la Purísima Concepción.
A la llegada tendrá lugar la sabatina mensual de coronación en honor a la dolorosa y dedicada a los jóvenes de la archidiócesis.
La ermita y la Virgen de la Soledad: la fusión de las hermandades de la Soledad y de la Vera-Cruz.
La Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro, Cristo Resucitado y Ntra. Señora de la Soledad tuvo sus orígenes a mediados del Siglo XVI, en estrecha relación con la popular devoción a María Santísima en su Soledad y con el origen del Sermón de Pasión, tras el Concilio de Trento.
La primera documentación completa que tenemos de esta cofradía está fechada en 1602 y abarca los primeros años del siglo XVII, destacando por tener en nómina a algunas mujeres, que, aunque no podían ser consideradas como hermanas, la cofradía reconoce su labor principalmente como camareras de la Virgen.
Entre 1609 y 1698 existe una gran laguna de la que sólo se dsabe que la Hermandad de la Soledad, que estaba establecida en la capilla del Sagrario de la parroquia, se traslada a la ermita de San Sebastián tomando posesión de la misma como titular y encargándose de su cuidado, aunque en 1698 la se encuentra de nuevo en el templo debido al estado ruinoso de la ermita. La imagen de la Soledad fue colocada en la capilla del Sagrario. La corporación permaneció en la iglesia hasta 1715, fecha en la que regresó a la ermita, la cual tras ser restaurada contaba con una vivienda para el santero o ermitaño y la nave propia del culto, donde la hermandad estrenó tres magníficos altares.
La hermandad también tenía bienes propios, que los hermanos habían ido dejando a la cofradía a lo largo de los siglos, para que ésta llevara a cabo los sufragios por sus almas, pero estos bienes urbanos y rústicos fueron también desamortizados a las hermandades. Esto supuso un gran trastorno para la entidad de la Soledad acostumbrada a vivir de rentas, llegando a la ruina económica más absoluta, que conllevó el traslado de las imágenes a la Iglesia parroquial, pero desde la Hermandad de Vera Cruz, corporación modesta y poco afectada por la desamortización se tendió una mano para restituir al menos la procesión y sermón del Viernes Santo, así se formalizó una fusión de estas dos hermandades expresado por el vicario de Cantillana, el 2 de marzo de 1843.
