Sevilla Ilustre III

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Hoy como ayer, mañana como hoy ¡y siempre igual!

Un cielo gris, un horizonte eterno y andar… andar.

Un nuevo paseo por el reino, una novedosa secuencia de pasos encaminados al gozo. Poesía en movimiento.

Cuando en la noche te envuelven a los pies de la Giralda, allá donde Palacio regala un banco a la sombra. Una sonrisa en forma de verso.

Un amanecer en la Plazuela de la Inmaculada floreada, un trote efímero de un caballo guía, un coche que hace de Cicerone, otro verso al aire.

¡Qué hermoso es ver el día

coronado de fuego levantarse,

y a su beso de lumbre

brillar las olas y encenderse el aire!

Un encuentro con la judería. Atrás Mateos Gago, a la izquierda la Parroquia de Santa Cruz. Callejones soñados y hechos realidad en la vetusta Hispalis. Una cuarteta que llega al corazón.

Una pareja joven del brazo, Jardines de Murillo.

¿Cómo vive esa rosa que has prendido
<p» style=»text-align: justify;»>junto a tu corazón?

Nunca hasta ahora contemplé en el mundo

junto al volcán la flor.

Una postal para el recuerdo con el reguero de infinitas sonrisas iguales y y todas diferentes. Como las rosas del parque. Unos versos perfectos.

Por una mirada, un mundo,

por una sonrisa, un cielo,

por un beso…

yo no séqué te diera por un beso.

Arco,

En la clave del arco mal seguro

cuyas piedras el tiempo enrojeció,…

barrio donde habita Ella, la Señora, unos abuelos caminan con cuidado, conocedores de cada centímetro adoquinado. Nacieron entre sus Calles y la Anchá de la Feria. Él, de San Luis, ella de la Cruz Verde y una vida vivida, sufrida y disfrutada a su manera porque las formas importan y el hambre no hace falta recordarlo. Una quintilla de arte menor que sobre vuela el mercado de abastos.

Unos niños que corretean, macetas que engalanan el corral, barriles de vino por arrobas, una pequeña botella para almorzar.

La Triana de nuestros abuelos, la Triana sin modernizar. Casas bajas, vecinos de gran altura, sinónimo superlativo de lo que es y era la amistad. Una décima navegando por el río en tardes del cucaña..,

Y así se podría dibujar versos de amor a Sevilla, rimas y muchas leyendas que sostienen el vínculo con el reino, mientras llegó a tu glorieta Gustavo. Tus versos me han acompañado en este caminar por el reino y no hay momento que recitarlos en voz bajita al lado de tu monumento.

Sean felices.

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