Las imágenes que fueron destruidas durante la Guerra Civil

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El 18 de julio de 1936, tras el Alzamiento Nacional, una multitud de personas movidas por un sentimiento anticlerical y contrarias al bando nacional, asaltaron como protesta numerosos templos en la capital hispalense siendo tristemente devastados, y con ellos, el patrimonio de las diferentes hermandades que allí residían.

Algunas pudieron salvarse, pero otras imágenes, como los titulares de los Gitanos, San Roque o San Bernardo, entre otros fueron quemados en estos graves disturbios, marcando un antes y un después en la historia de Sevilla.

San Roque

Una de las hermandades más afectadas fue la de San Roque. En esa fecha fue incendiada su parroquia, quedando solo en pie la fachada, los muros y la torre. Los primitivos titulares, Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de Gracia fueron destruidos en el lugar. Además una de las imágenes más devocionales en la capital hispalense en tiempos pretéritos, el Santo Crucifijo de San Agustín, también fue devastada por las llamas. El fuego también asoló con casi la totalidad de los enseres de la corporación, aunque se pudo salvar el paso del nazareno y la corona de la dolorosa

La entidad se instaló en la iglesia de Santiago hasta 1944, año que se pudo abrir al culto su sede. En 1937 realizó su salida desde San Ildefonso por las reducidas dimensiones de la puerta de Santiago. No obstante, lo haría el Lunes Santo, con motivo de las lluvias acaecidas el día anterior, con el paso del Señor, sobre el que se colocó una imagen de la Virgen vestida de hebrea recién tallada por Manuel Vergara Herrera, ante una cruz arbórea. Las túnicas de los nazarenos fueron prestadas por la Hermandad de San Bernardo.

En 1938 volvió a procesionar con dos pasos, estrenando la nueva imagen del Señor ejecutada por Vergara Herrera. Esta vez la salida se produjo desde el Buen Suceso, y las túnicas para los nazarenos fueron cedidas por los Gitanos.

El 2 de abril de 1939 haría su estación de penitencia desde la iglesia de Santiago. Salía por primera vez la actual dolorosa, realizada por José Rodríguez Fernández-Andes, bendiciéndose el 30 de octubre del año anterior en Santiago el año anterior por fray Luis Fernández Cala. La actual imagen del Señor de las Penas de Antonio Illanes Rodríguez.

San Bernardo

Otro de los templos afectados aquella noche del 18 de julio fue la parroquia de San Bernardo. Unos individuos rociaron con gasolina su puerta de entrada, aunque por fortuna el incendio no afectó a su interior.

Las imágenes del Santísimo Cristo de la Salud, María Santísima del Refugio, San Juan y la Magdalena fueron sacadas a la calle y quemadas posteriormente en una hoguera. Con especial saña fue tratado el crucificado, arrancándole la cruz y posteriormente seccionado en varios trozos para que cupiera por la puerta de la parroquia. A la mañana siguiente, al observar estos exaltados que el incendio no había destruido por completo al crucificado, fue de nuevo mutilado a base de hachazos y metido de nuevo en la hoguera. En él también pereció numerosos enseres de la corporación como el manto, las bambalinas o la corona de la dolorosa. Por fortuna el paso de Cristo no sufrió esos ataques.

La corporación aún conserva la cruz de la imagen y algunos restos del antiguo titular, como un antebrazo o parte del paño de pureza.

En 1938 la entidad adquiere al actual crucificado proveniente de la Escuela de Cristo, de Andrés Cansino de 1669. Fue traída en un piadoso viacrucis desde el barrio de Santa Cruz. Además en aquel año, el imaginero Sebastián Santos ejecuta la actual Virgen del Refugio.

La O

En el barrio de Triana, la parroquia de la O fue asaltada por un grupo de individuos. Entraron con las llaves del templo tras agredir al párroco, sacando los titulares de la hermandad a la calle Castilla, sindo salvajemente mutilados. La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno pudo ser recuperada y restaurada por Antonio Castillo Lastrucci, al igual que la Virgen de la O Gloriosa. La dolorosa, ante los daños sufridos que fueron irreparables, la corporación decidió realizar la actual del mismo imaginero en 1937.

Los Gitanos

La parroquia de San Román fue también pasto de las llamas en esa fatídica noche, perdiendo la techumbre y la bóveda.

Los titulares de los Gitanos estaban situados al lado de la capilla donde se encontraba  entonces la virgen de la Granada, destruyéndose en el incendio. La imagen del Señor de la Salud estaba atribuida a Martínez Montañés, mientras que la Virgen de las Angustias era una talla también atribuida a Montes de Oca. En el suceso también se perdió el paso del nazareno y una túnica de Rodríguez Ojeda, recuperada con una reproducción histórica en 2017.

La corporación se vio obligada al traslado provisional a la vecina iglesia de Santa Catalina. Gracias al empeño y la fe de sus hermanos, siendo liderados por el hermano mayor Joaquín Serrano, consigueron salvar a la entidad de la difícil situación que había quedado tras la destrucción de todo su patrimonio.

El 14 de marzo de 1937 fue bendecida la nueva imagen de la Virgen de las Angustias, del imaginero Fernández Andes, por el padre Pedro Ayala, siendo la madrina su camarera a hija del General Queipo de Llano. Este año la entidad realizará estación de penitencia solamente con la dolorosa, siendo llevada en el paso de palio cedido por el Baratillo.

El año siguiente, la hermandad realizaría su estación de penitencia con los dos pasos. La nueva imagen del señor de la Salud es obra también del imaginero Fernández Andes, siendo donada por la esposa del letrado sevillano Juan Peinado.

La Hiniesta

La Hiniesta se estableció en la parroquia de San Marcos en el año 1932 tras el incendio provocado en San Julián, perdiéndose los antiguos titulares de la corporación. En 1933 Castillo Lastrucci realizaría una nueva dolorosa llegando a procesionar de forma intermitente hasta el mismo 1936 desde Santa Marina con un crucificado de papelón cedido por la Lanzada.

Ese 18 de julio, un individuo de ideología anarquista roció la puerta del templo con gasolina mientras otros tiraban cerillas encendidas para provocar el incendio. En él, se perdió la talla de Castillo Lastrucci, además de diversos enseres de la corporación, así como los restos de la primitiva titular destruida en el incendio de San Julián.

Tras este segundo ataque a la hermandad en cuatro años, se trasladó a San Luis de los Franceses. En 1937 se bendijo la actual dolorosa y  un año más tarde se hizo lo propio con el actual crucificado de la Buena Muerte, ambas de Castillo Lastrucci. Más tarde, en 1944 y 1945, se realizó las imágenes de Santa María Magdalena y la Hiniesta Gloriosa respectivamente.

Hasta la recuperación de San Julián, cuyas obras finalizaron en 1946, la cofradía llegó a hacer su salida desde los Terceros, Monte-Sión y San Martín.

La Macarena

En esa madrugada del 18 de julio se produjo un incendio intencionado de la parroquia de San Gil Abad. A las doce de la noche, después de un tiroteo intenso, con voces, carreras y golpes, se pudo reconocer que desde el templo se veían salir llamas de todos sus rincones.

En él desapareció el Santísimo Cristo de la Salvación, el titular primitivo de la corporación. Además la Virgen del Carmen también pereció.

Asimismo, se conoció que los incendiarios se dirigieron a continuación al almacén de los pasos, situado frente al templo. No obstante, fueron descubiertos por vecinos desde los balcones, desistieron realizar otro acto de similares características sobre las imágenes, pasos y objetos que se guardaban allí. El Señor de la Sentencia y la Virgen del Rosario fueron depositadas en el almacén de los pasos, frente a San Gil, mientras que la Virgen de la Esperanza se trasladó al domicilio particular de un hermano. En el mes de octubre de ese año, la entidad se traslada a la iglesia de la Anunciación hasta la reconstrucción de la parroquia.

La Amargura

San Juan de la Palma fue otro de los templos objeto de los saqueadores de aquel funesto día.

En él desaparecieron numerosos enseres y fueron destruidas, entre otras imágenes la Virgen de las Maravillas, recientemente recuperada por la corporación carmelita de Omnium Sanctorum. El paso de misterio del Señor del Silencio ante Desprecio de Herodes, junto a las figuras secundarias fueron sacados a la calle e incendiadas. También se perdieron diversos enseres como el respiradero trasero, ocho varales del palio, peana y parte de la candelería.

Por fortuna, los titulares de la Amargura fueron alojados en casa de algunos de sus vecinos y repuestos al cultos en fechas posteriores.

Monte-Sión

Otra de las sedes asoladas en estos disturbios fue la capilla de Monte-Sión. Por aquel entonces se utilizaba como almacén, ya que en 1931 los titulares recibían culto en la parroquia de San Martín.

La corporación perdió tanto la antigua talla del crucificado de la Salud como el apostolado del paso del Señor de la Sagrada Oración del Huerto. De igual modo, los pasos fueron también sacados a la calle para ser quemados, además de otros enseres como la corona de la Virgen del Rosario o el libro de reglas.

La Cena

La Cena residía por aquel entonces en Omnium Sanctorum. El templo fue también devastado por las llamas, manteniéndose solo la fachada y los muros.

El fuego arrasó con el apostolado , ya que se encontraba en distintos altares de la iglesia. La corporación también perdió el paso del Señor de la Humildad y Paciencia, aunque el manto y el palio de la Virgen del Subterráneo pudo salvarse gracias a la intervención del párroco. Los titulares fueron retirados del culto previamente.

La entidad se trasladó a los Terceros, donde siguen residiendo actualmente. En 1938 fue realizado un nuevo apostolado por Antonio Bidón, procesionando con diversas modificaciones hasta 1982.

Fotografías: Archivo de las hermandades de San Roque, San Bernardo, los Gitanos, la Cena, la Amargura y la Hiniesta.

Bibliografía

  1. RECIO, Juan Pedro. ‘Las cofradías de Sevilla en la II República. Abec editores. 2011
  2. GUEVARA PÉREZ, Enrique.’Los tesoros perdidos de la Semana Santa de Sevilla. Ediciones Alfar. 2013
  3. ‘La Semana Santa según ABC de Sevilla 1929-1946. 2012.

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