Encharcamiento de chorreras

Avatar de Rey San FernandoPublicado por

Mi muy anhelada Sevilla, el diagnóstico pormenorizado del momento muestra la extrema gravedad que ya hacían parecer los indicios primigenios. La casuística es grave aunque con pronóstico reservado van versando.

Tantas septenarias postrado en mi Urna, tanto vivido, tanto sonreído, tanto gozado, tantos y tantos ojuelos guiñados en cada apertura, tantos cristales empañados, tantas noches de parranda porque de muerto nada, y llega un día y la persona nueva se apodera de este Rey Santo.

Reconquista marcada con el tic verdoso, hazaña lograda; ver cómo construían cada fracción métrica cuadrada catedralicia, como izaban semejantes columnas también catedralicias, como Ella llegó angelicalmente y así, una pléyade infinita de ítems donde más nostalgia no cabe en mi ser para que un buen día de verano, de esos donde permanecer en el reino es amor incondicional y lo demás es superfluo y accesorio, verifiquen y certifiquen lo inesperado por la totalidad. Pinta mal el asunto.

La decisión final no está tomada, suenan cantos de sirena de que la maquinaria no va como debe; los engranajes se atacan y no hay sustancia aceitosa original para paliar tanto destrozo.

“No me gusta como caza la perrita”, exaltaba con pavor. Viendo mi faz de diario, imaginen cómo quedé.

Un retoque por acá, una jeringa por allá, miradas preocupadas y todo hace indicar que este es el final.

Sí, mis muy anhelados, cohorte bendita quería ser yo mismo con mi verdad en mi versar quién, a través de estos vocablos encadenados os transmitiera un adiós inesperado, todo concluye en la vida y toca el final.

Han sido varías anualidades juntos, gozando pero se acabó, sin foto finish, sin previo aviso, así, sin más rodeos.

Con todo el dolor de mi motor de sentimientos les afirmó que el aire acondicionado de mi Urna ha muerto, ha dejado de ser la que mantenía este cuerpo con ese frescor característico que mantenía tersa la epidermis de mi faz. Niña es buen momento para esto pero justo ahora mucho menos. Ahora entenderán el encabezamiento titular de este manuscrito y la humedad que muestran mis chorreras.

Urge el cambio señor Edil. Muéstrese tan ágil para tal misión como con la retransmisión del bardeo de las callejuelas que se quedan sin lo poco que queda del cuerpito de este Rey Santo.

Sean felices.

Deja un comentario